Cuando niño, me encantaban los acertijos. Uno de mis favoritos era “Petir y Repetir fueron a la tienda. Petir volvió, ¿Quién se quedó atrás?”.La respuesta que todos me daban era “Repetir”. Entonces yo volvía a plantear el acertijo varias veces hasta que la persona se daba cuenta de la broma.1 El punto aquí es que la reconciliación es como un acertijo que se cuenta y cuenta sin parar. Es como una canción que nunca termina.
Este es el último artículo acerca de la reconciliación racial. En los anteriores, definí claramente lo que es la reconciliación y ofrecí un proceso de cinco etapas para lograr la meta: resistir, reconocer, arrepentirse, reparar y reconstruir. La última etapa es la restauración de las relaciones, esto es, repetir, repetir y repetir. En esta fase, se restauran las relaciones de tal forma que (a) se demuestre el compromiso a no dejar que la injusticia se repita y que (b) permita que la relación sea evaluada continuamente por medio de una revisión del proceso. Así se mantienen las buenas relaciones.
Soy feliz en mi matrimonio y mi esposa es una mujer maravillosa, pero ninguno de los dos es perfecto. Nuestra relación enfrenta desafíos y problemas. La única forma de mantener el matrimonio y seguir enamorados es trabajando continuamente en las etapas de reconciliación. Usualmente, soy yo quien ha hecho algo estúpido que pone en acción la “resistencia” de mi esposa. Por lo general, es un cambio en el tono de su voz o una mirada de enojo. Al ver su resistencia, trabajo para “reconocer” mi falta. Hago preguntas, escucho su queja y trabajo para entender bien el daño causado. La siguiente tarea es “arrepentirme” por lo que hice en una forma que incluya el compromiso de “reparar” el daño, pagar la deuda o restituir lo perdido. Mi arrepentimiento y reparación no significan nada, si no trabajo con ella para poner las cosas en su lugar, a fin de asegurarme de no cometer la misma falta otra vez. Si no lo hago, ella empezaría a perder su confianza en mí. De modo que, debemos “reconstruir” de una forma que edifique su confianza de que mis esfuerzos son genuinos. Habiendo terminado este proceso, nuestra relación ha sido restaurada. Pero el trabajo no termina nunca. Siempre nos estamos reconciliando. Seguimos haciendo ajustes. “Repetimos” el proceso una y otra vez. ¿Hay alguna otra forma de mantener relaciones sanas?
El Nuevo Testamento contiene este pasaje: “Por lo tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar. Ve primero y reconcíliate con tu hermano; luego vuelve y presenta tu ofrenda” (Mateo 5:23-24 NVI). América cometió el gran pecado del racismo y jamás ha tratado de producir una verdadera reconciliación. Se han escrito documentos, pero jamás se ha puesto en marcha lo que dicen los documentos. Se han dado grandes discursos, pero no fueron seguidos con acciones. Lo único que se ha hecho consistentemente en los Estados Unidos para empujarnos hacia la reconciliación es que los oprimidos no han dejado de resistir la injusticia. Resistimos la esclavitud. Resistimos la toma de tierras indígenas. Resistimos las leyes Jim Crow. Resistimos los linchamientos. Resistimos la carencia de derechos civiles básicos. Resistimos los billones de dólares gastados en guerras pero ninguna inversión en los pobres. Resistimos la intolerancia y los prejuicios constantes que se derraman del lugar que se presenta a sí mismo ante el mundo como la tierra de los libres y el hogar de los valientes. Si usted le pregunta a una persona de color, responderá que este país no ha sido nunca el hogar de los valientes, a menos de que se hable de la gente de color. De otra forma, ha sido el hogar de los cobardes, mentirosos, manipuladores y gente llena de odio que han pervertido la justicia y abusado la reconciliación. Lo único que se ha repetido en América es injusticia tras injusticia.
Invito a mis hermanas y hermanos blancos a que inviertan su tiempo en orar y trabajar para entender no sólo lo que el racismo y la Supremacía Blanca ha hecho a la gente de color, pero lo que ha hecho a la gente blanca. Los ha convertido en gente de la cual no se puede confiar, gente que ataca la imagen de Dios en ellos mismos. La gente blanca y la gente de color tienen una tremenda necesidad de reconciliación. Con la ayuda de Dios y juntos podremos resistir para reconciliar. #ResisttoReconcile.
El Rev. Brian A. Tillman preside la Comisión de Religión y Raza de la Conferencia Georgia Norte, y también es pastor asociado de la IMU Ben Hill, en Atlanta. Con frecuencia usa la etiqueta #ResistToReconcile
[1] En inglés, el acertijo original coloca a coloca a “Pete” y “Repeat” en un bote, pero en la ciudad donde vivía muchos de mis amigos nunca habían subido a un bote, así que usar la tienda a media cuadra de donde vivíamos fue una forma de adaptar el acertijo. Para adaptar el acertijo en español, se podría mencionar el acertijo para el cual uno se debe sentar junto a un niño o niña, y entonces preguntarle:-¿quieres que te cuente el cuento del gallo pelao?
-niña: sí, cuéntamelo.
-persona: siéntate a este otro lado.
Cuando la niña se sienta al otro lado, uno repite la pregunta, y la serie no termina nunca.
[Publicado 25 de enero, 2018]