¿Estás resistiendo o buscando venganza?

Todos hemos visto a jugadores del NFL doblando una rodilla respetuosamente durante el himno nacional a fin de hacer ver la injusticia que la gente negra y café sufre a manos de la policía. Esto ha hecho que hoy se discuta mucho acerca de resistir y protestar.

Las seis etapas de la reconciliación:

Ya he compartido las seis etapas que se dan en el proceso de reconciliación racial. La primera etapa es resistir. Según mi punto de vista, el doblar la rodilla es un acto de resistencia que dice: “estamos sufriendo y queremos que tú participes en nuestra sanidad”. El movimiento Black Lives Matter (= la vida de la gente negra es importante) busca lo mismo. Los dos grupos resisten para que la gente tome conciencia de la injusticia del racismo sistémico. Muchos lo reconocen, pero otros se enojan y recurren a más injusticia para silenciar la resistencia. Ambos grupos han sido atacados con saña por sus métodos de resistencia, y muchos de estos atacantes se dicen cristianos. Es frustrante ver cómo algunos no quieren decir ninguna cosa acerca de la injusticia y se rehúsan a combatir el racismo, pero se enojan cuando los oprimidos lo hacen.

Uno se puede volver loco tratando de resistir la injusticia racial todos los días. El trabajo a favor de la reconciliación racial es una labor que agota mental y emocionalmente. Si te dedicas a esto, te recomiendo que visites a menudo a un buen terapeuta, no porque estés mal de la cabeza, sino porque el mundo está loco. Si no somos cuidadosos, podríamos fácilmente caer en la tentación de usar los mismos métodos que estamos resistiendo. Necesitamos un terapeuta con entrenamiento intercultural que pueda empujarnos a reflexionar críticamente en nuestros propios pensamientos y acciones. Habrá momentos en que será difícil mantener una actitud crítica hacia uno mismo, y es en esos momentos que necesitamos la voz objetiva de un terapeuta.

Una vez que estaba en la oficina de mi terapeuta discutiendo mis esfuerzos para resistir la injusticia y opresión racial, le expresé que a menudo me enojo y quiero gritar o reaccionar en formas que sé no son buenas pero que siento que se justifican. Algo que nos hizo reír bastante fue hablar de la taza de café. Le describí mi deseo de tomar la taza de café de alguna persona que me ha tratado injustamente para hacerle huecos, de modo que su café se vaya saliendo inadvertidamente y se derrame en toda su ropa, mientras yo miro la escena a cierta distancia. Más todavía, ¡quería que lo supieran! (por si acaso, nunca he hecho algo así). Después de usar varias veces esta historia imaginaria, mi terapeuta me miró y me hizo la pregunta del millón: “¿Sabes cuál es la diferencia entre ‘resistir’ y ‘vengarte’? Me quedé sin palabras. En ese instante, me di cuenta de que había momentos cuando mis acciones no eran cristianas y que se alejaban del camino que quería seguir. Tuve que evaluar todas mis acciones para determinar si se alineaban más con la resistencia o la venganza. Hay una fina línea divisoria entre ambas.

Defino la “resistencia” como la firma oposición en contra de los poderes de injusticia y contra cualquier forma de opresión que impide el reino de Dios. Es rehusarse a aceptar o participar en la injusticia. La resistencia incluye la esperanza de guiar a quienes resistimos a aquel momento en que se produzca “reconocimiento” en su conciencia. Los oprimidos y sus aliados usan la resistencia para concientizar acerca de la injusticia. La resistencia debe emplearse toda vez que una persona o grupo desee dominar a otro o menoscabar la humanidad de otra persona.

Si se enojan, no pequen. No dejen que el sol se ponga estando aún enojados (Efesios 4:26, NVI)

Defino la “venganza” como cualquier acción que responde a sentimientos de dolor y que busca infligir dolor por dolor. A la venganza poco le importa el producto final, en tanto que dañe al objeto de nuestra ira. La resistencia apunta a la comunidad, la venganza hacia el aislamiento. La resistencia busca la paz, la venganza, la guerra. La resistencia es negarse a aceptar la injusticia o participar en ella, mientras que la venganza acepta la injusticia como camino que lleva a más injusticia. La resistencia es comprometerse a la igualdad social con el opresor, la venganza es comprometerse a dominar al opresor. La resistencia se funda en el amor, la venganza en el odio. En suma, la resistencia es comprometerse a enojarse pero sin pecar (Efesios 4:26). Delgada es la línea que divide ambas acciones, pero es vital entenderlo antes de actuar.

Como lo hemos visto en movimientos recientes, la resistencia produce consecuencias: con frecuencia se ataca a quienes resisten. Uno de los ataques más alarmantes, en contra de aquellos que resisten la injusticia y la opresión, se produce cuando quienes se oponen a la resistencia de la injusticia racial tratan de igualar la resistencia con la falta de amor. Cada vez que me argumentan de esa manera, rechazo tal conclusión. Mi respuesta es simple. Si tú crees que amarte requiere que te permita seguir oprimiéndome o que me calle acerca de las injusticias que veo a mi alrededor, entonces no soy yo quien tiene problemas con el amor. El silencio frente a la injusticia no es una expresión de amor, ni siquiera hacia el opresor. Dejemos de mentirnos. La resistencia no es falta de amor. De hecho, es lo contrario.

Si queremos que algún día se produzca la reconciliación, debemos continuar resistiendo. El silencio ante la injusticia es complicidad. Cuando miro a nuestro país y al racismo presente en cada sistema, me doy cuenta que hay mucho que resistir. El Rev. Dr. William Barber afirma que necesitamos la resistencia porque “aquellos que están en el poder no prestarán atención a lo que no quieren ver en tanto que dejemos que sigan igual”.[1] Con todo, debemos resistir en formas libres de venganza y basadas en el amor por los oprimidos y los opresores. El camino a la reconciliación empieza con la resistencia. Para poder reconciliarnos debemos resistir.


El Rev. Brian A. Tillman preside la Comisión de Religión y Raza de la Conferencia Georgia Norte, y también es pastor asociado de la IMU Ben Hill, en Atlanta. Con frecuencia usa la etiqueta #ResistToReconcile

 


[1]Barber II, W. J. (2016). The Third Reconstruction: How a Moral Movement is Overcoming the Politics of Division and Fear. Boston: Beacon Press, 55.

Publicado 19 de octubre, 2017

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