Jamás podré olvidar la vez que fui a ver la película The Matrix (1999). Sigue siendo para mí una de las cinco mejores películas de todos los tiempos. Hay una escena que presenta a Neo encontrándose con Morfeo, quien será su guía en el viaje. Neo es blanco. Morfeo es negro. Morfeo es el líder de los que escaparon “the Matrix”, la matriz o estructura que ha creado una forma de ver la realidad. Neo vive en la Matriz pero va a ver a Morfeo, quien le da una oportunidad:
“Estás aquí porque sabes algo. Lo que sabes no puedes explicarlo pero lo sientes. Lo has sentido toda tu vida. Sientes que hay algo que no está bien con el mundo. No sabes lo que es pero es como una espina en tu mente que te vuelve loco. Es este sentimiento el que te trajo hasta mí. ¿Sabes de lo que hablo? … La Matriz está en todo lugar. Está alrededor de todos nosotros, incluso aquí en este mismo cuarto. Puedes verla cuando miras por la ventana o cuando miras la televisión. Puedes sentirla cuando vas al trabajo. Cuando vas a la iglesia. Cuando pagas tus impuestos. Es el mundo que ha sido colocado frente a tus ojos para cegarte de la verdad… eres un esclavo, Neo. Al igual que todos, naciste en cautiverio. Naciste en una prisión que no puedes oler, gustar o tocar, la prisión de tu mente”.
Después Morfeo le pide a Neo que escoja entre dos píldoras. La píldora azul permite que Neo se quede en la Matriz. La píldora roja expone la Matriz y abre los ojos de Neo.
La América Blanca tiene hoy dos opciones similares. Puede seguir viviendo en la matriz o estructura de privilegio en un mundo codificado para ellos. Puede escoger entre la matriz que los mantiene esclavizados a la mentira de la Supremacía Blanca o puede elegir reconocer la verdad. La verdad es que hay un racismo sistémico a lo largo de todo sistema de la sociedad americana y que los blancos se benefician injustamente de tal sistema.
En mi primer artículo, presenté una sinopsis para un proceso de seis etapas para la reconciliación racial. Después hablé de la resistencia como la primera fase. La segunda etapa es el reconocimiento de que todos los que han participado en perpetuar la injusticia del racismo deben llegar a reconocer dicha injusticia y su complicidad en ella. Este reconocimiento es esencial para cualquier esfuerzo de reconciliación racial, porque es imposible reconciliar lo que no se reconoce.[1] No se puede reparar lo que uno no sabe está dañado. No se puede solucionar un problema que uno no quiere reconocer. Para que pueda haber reconciliación racial, uno debe poner un gran esfuerzo en reconocer la profundidad del racismo.
Me frustra mucho ver a gente que desea reconciliación sin reconocer porqué es que la necesitamos. Es como pedir perdón por una ofensa que uno ignora. Si la gente no sabe qué es lo que hicieron, no podrán evitar seguir haciendo el mal que cometieron. Sin reconocimiento, sus palabras no tienen significado.
Otra frustración viene cuando gente que no quiere reconocer sus problemas, buscan refugio en afirmaciones como: “no me traigan problemas, quiero ver soluciones”. Afirmaciones como estas sólo buscan eludir el tener que reconocer el mal y tener que enfrentar obligaciones difíciles. No es posible reconciliarnos en cuanto al racismo sin abordar el pasado y el presente.
De modo que, ¿qué verdades los americanos blancos y cristianos necesitan reconocer, si desean reconciliarse con las personas de color? Empecemos con estas:
- Reconocer el privilegio que los envuelve. Se trata de cómo el color de tu piel es tratado y respetado a expensas de otros.
- Reconocer que se benefician de múltiples sistemas que perjudican a una gran porción de la población en base al color de su piel.
- Reconocer que el racismo está presente en casi todo sistema e institución en nuestra sociedad.
- Reconocer que la experiencia blanca no es normativa.
- Reconocer que no se nos trata como iguales.
- Reconocer que ser ciego al color de la piel no es una meta que deberíamos lograr, porque ser ciego al color de la piel significa que no ves la belleza de mi piel negra o café.
- Reconocer que si no puedes ver el color de mi piel, tampoco me puedes ver a mí.
- Reconocer que estoy orgulloso y feliz de ser negro o una persona de color; no me gusta cómo se trata el color de mi piel.
- Reconocer que una verdad fea es todavía una verdad, y que una mentira bonita es todavía una mentira.
- Reconocer que se te ha enseñado e indoctrinado en la Supremacía Blanca desde que naciste, lo que literalmente mata a personas de color.
- Reconocer que eres tan bueno como cualquier otro y que no eres mejor que los demás.[2]
- Reconocer que no es posible ser neutral en este asunto y que no puede haber ningún compromiso con el prejuicio y la injusticia.
- Reconocer que no puedes afirmar que no eres racista y, a la vez, apoyar todo lo que los racistas apoyan y creer todo lo que los racistas creen.
- Reconocer que la justicia es un importante elemento del evangelio. Sin la justicia no hay buenas nuevas para los pobres y oprimidos.[3]
- Reconocer que no se ataca el Cristianismo. El Cristianismo está más bien en un modo auto-destructivo de operación cuando niega la verdad y es impotente en la labor de la reconciliación racial.
Cuando reconocemos el racismo sistémico y el privilegio blanco, estamos listos para la importante labor de la reconciliación, la cual nos exige vivir en la verdad. Sin el reconocimiento, el arrepentimiento carece de autenticidad, porque ningún arrepentimiento puede ocurrir sin reconocimiento del pecado. No podemos buscar soluciones si no reconocemos la gravedad del problema.
La verdad arruina muchos de nuestros planes. Nos vemos forzados a elegir entre una verdad horrible o una hermosa mentira. La atmósfera racial de América nos ofrece dos píldoras. Una es blanca y viene llena de mentiras que buscan convencernos de que podemos ser ciegos al color de la piel. La otra es una píldora multicolor que busca llevarnos en una jornada hacia la verdad y el reconocimiento de que la vida que hemos vivido no es la realidad. Esta píldora nos lleva a vivir en la verdad. No hemos recibido un mapa para este viaje, pero es nuestra única esperanza para la reconciliación racial.
¿Qué quieres elegir: ser esclavo del privilegio blanco o ser libre para reconocer la matriz del privilegio blanco?
“Y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.”[4]
El Rvdo. Brian A. Tillman preside la Comisión de Religión y Raza de la Conferencia Georgia Norte, y también es pastor asociado de la IMU Ben Hill, en Atlanta. Con frecuencia usa la etiqueta #ResistToReconcile
[1] Tomado de conversaciones con Robyn Afrik.
[2] Conversaciones con el Rev. Dr. Dee Shelnutt, Jr.
[3] Lucas 4:18.
[4] Juan 8:32.
Publicado 14 de noviembre, 2017