El reverendo Stephen Handy comparte su visión de ser hecho a imagen de Dios, y las implicaciones que conlleva para la forma en que nos relacionamos unos con otros. En esta segunda parte de la serie de cuatro partes, el pastor Stephen discute lo que significa tener una conciencia y un espíritu integrados en Dios.
Transcripción:
Cada vez que alguien le toma una foto, está tomando una imagen de usted. Esta imagen es un reflejo de usted en el momento que fue tomada.
En Génesis 1:26–28 se nos dice: 26 Entonces dijo Dios: “Hagamos a la humanidad a nuestra imagen, según nuestra semejanza; y que tengan dominio sobre los peces del mar, las aves del cielo, el ganado y todos los animales de la tierra, y todo lo que se arrastra sobre la tierra”. De modo que, Dios creó a la humanidad a su imagen, a la imagen de Dios los creó; hombre y mujer los creó.
El ser creado a la imagen de Dios es simplemente un reflejo y representación de la humanidad de Dios en el mundo. Dado que Dios es espíritu, la imaginación de Dios nos ha diseñado para reflejar y representar a Dios a través de Jesucristo cada día en el mundo.
Una de las formas en que esta imagen es construida dentro de nosotros es nuestra consciencia, –Dios incrustó en nuestro espíritu la habilidad de estar despiertos y conscientes de Dios, de nosotros mismos, de otra gente, de animales y la bendita creación. El estar conscientes de nuestro entorno es vital para entender y discernir cómo quiere Dios que participemos en el amado mundo de Dios.
El ser creados a la imagen de Dios refleja nuestra habilidad para amar, mostrar compasión y hacer justicia. La humanidad está diseñada para construir puentes, amar a Dios y al prójimo, y para ser buscadores de justicia. Como portadores de la imagen de Dios, podemos tomar decisiones, ser racionales y mostrar afecto y emociones, para que el amor y la gracia se hagan evidentes en el mundo.
Cuando era chico me encantaba jugar a conectar los puntos. Hoy significa conectarme con otros por medio de escucharlos. Dios nos oye y escucha en nuestros altibajos. Al haber sido creados a la imagen de Dios, tenemos la habilidad de ser la expresión de la justicia, santidad y fidelidad de Dios.
Jesús vino al mundo para mostrar lo que es el amor, la gracia, la misericordia, el perdón y la justicia. Cuando vamos al trabajo todos los días, Dios nos invita a hacer lo que Jesús dijo: “¡Ve y haz lo mismo!” Ve y entra a los lugares de división y desesperación, para ofrecer paz y esperanza a todos los que están allí. Algunas veces solo tendremos una sola oportunidad para dejar una primera impresión favorable.
Dios formó y modeló a la humanidad para llevar su imagen todos los días de nuestra vida. No podemos negarlo, tenemos que levantarnos y arrojar luz en este mundo de oscuridad. ¡Levántate y brilla!