¿Hemos adoptado la diversidad o el tokenismo?

Exploremos la línea que separa la diversidad del tokenismo* a fin de desafiar a la iglesia a que realmente abrace la plenitud de la diversidad.

Hace unos años,  la palabra “diversidad” se puso de moda en la iglesia. Todos hablaban de la diversidad. Como ocurre con todos los temas candentes y las modas, pronto nos movimos colectivamente al siguiente tema que fue la “deconstrucción”. Tengo curiosidad por saber cuál será el nuevo tema candente.

¿A dónde nos ha llevado el hablar tanto acerca de la diversidad?

Realmente no hemos llegado a ninguna parte, para ser franco. Hicimos lo que siempre hace la iglesia: hablamos del tema; predicamos acerca del tema; tuvimos clases sobre el tema y… se acabó.

En la iglesia somos buenos para reunirnos, terminar la reunión, y esperar a la próxima vez en que nos reuniremos.

Una de las razones de por qué fracasamos en la diversidad es que muchos de nosotros queremos ser diversos por ser diversos —porque todos lo están haciendo; porque es una manera de incrementar la asistencia a la iglesia. No nos ponemos a pensar qué significa la diversidad. Esto produce lo que creo es una de las razones principales de por qué no tenemos éxito en el asunto de la diversidad: confundimos la diversidad con el tokenismo.

Una vez conocí a una congregación cuyo liderazgo pregonaba la diversidad de su personal. Cuando consulté su página web para ver qué personal tenían, la única diversidad que encontré estaba en las personas de mantenimiento y jardines.

Otra iglesia se jactaba de la diversidad de su congregación, pero todo su personal era blanco. Todos sus pastores eran hombres blancos.

Por lo general, en el caso de iglesias como las que acabo de mencionar, lo que buscan es gente que no luzca como ellos pero que piensen como ellos —o el mínimo requerido sería que se sienten callados y pasivos. Sólo buscan fotos para la página web, las plataformas de medios sociales y mercadeo. Pero esto no es diversidad, es tokenismo.

La verdadera diversidad no solo incluye a la gente que no piensa como nosotros y que no luce como nosotros y que no vive como nosotros en nuestra comunidad, sino que requiere diversidad en lugares de autoridad, influencia y poder. En la iglesia que mencioné primero, la iglesia con un personal “multicultural”, el personal de mantenimiento y jardines no tiene poder para dar su opinión en cuanto a la vida de la iglesia o el rumbo que seguirá la iglesia. Su labor está en reparar cosas y mantener el edificio limpio y presentable. Raramente estarán presentes en las reuniones que afectan la vida y dirección de la iglesia. Más bien se hacen presentes parar limpiar y ordenar después de las reuniones.

Esta es una de las razones de por qué se prefiere el tokenismo en lugar de la diversidad. El tokenismo nos permite dejar todo como está sin ningún cambio.

La diversidad es difícil pero vale la pena

La diversidad es difícil porque la gente de trasfondos diferentes trae perspectivas distintas a la mesa. Para ser realmente diversos, necesitamos incluir intencionalmente a las voces y perspectivas diferentes en la mesa, y escuchar con detención. Es más fácil decirlo que hacerlo. Estamos inclinados a mantener el estatus quo, en lugar de pasar a través del tremendo dolor de tener que ver y pensar en forma distinta de lo que acostumbramos.

La diversidad es difícil porque, si queremos ser diversos, la gente que sostiene el poder debe dejarlo ir. Aunque el dejar de ser el centro de poder es una actitud bíblica, es tremendamente difícil. El dejar ir el poder es ya algo difícil de por sí, pero dejar ir el poder para empoderar a otra persona que podría no pensar como lo hace la mayoría es francamente aterrador.

Empezamos a preocuparnos de quién podría ofenderse de tal presencia y voz, esperando que los ofendidos no sean gente que ofrenda generosamente en la iglesia. Tememos que la gente de vaya en masa, lo cual nos dice qué tipo de gente somos como iglesia, si eso es lo que pensamos o tememos cuando abordamos el asunto de la diversidad.

Obviamente, el llegar a ser una comunidad diversa no es algo que ocurrirá de un día para otro. No hay atajos ni trucos que nos ayuden a movernos con rapidez. Requiere una gran cantidad de trabajo. Requiere que aprendamos y desaprendamos muchas cosas, que estemos dispuestos a escuchar y a comprometernos con el amor.

Esto hace que el tokenismo sea más fácil y hasta preferible. El tokenismo no da vida ni tampoco transforma nuestras vidas. Más bien perpetúa el silencio de la población minoritaria. Encarna la filosofía de “usted puede ser parte de nosotros pero no es uno de nosotros”.

En la vida, nada que valga la pena, que dé vida y que transforme vidas jamás será fácil. Ser una comunidad diversa tomará mucho trabajo, pero se trata de trabajo que vale la pena, porque es siempre el reflejo de cómo debería ser el reino de Dios. La diversidad debe ser intencional e impulsada por un claro propósito. El ser diversos por ser diversos no es algo que dure mucho.

Siempre he creído firmemente que jamás se nos llamó a ser porteros sino creadores de espacio. De modo que, ocupémonos en la difícil —pero transformadora— tarea de crear espacio en la mesa para nuestro prójimo, especialmente para aquellos que no lucen como nosotros y que no piensan como nosotros.

Joseph Yoo se mudó de la costa oeste para vivir feliz en Houston, Texas, con su esposa e hijo. Sirve en Mosaic Church, Houston. Visitejosephyoo.com. 

*Tokenismo (de token = símbolo) es la práctica de llevar a cabo esfuerzos superficiales o simbólicos en cuanto a la inclusión de personas provenientes de grupos minoritarios o subrepresentados. Esto se realiza con el fin de eludir la crítica y dar solo la apariencia de igualdad y diversidad.

Comunicaciones Metodistas Unidas es una agencia de la Iglesia Metodista Unida

©2025 Comunicaciones Metodistas Unidas. Reservados todos los derechos