El agua sustenta la vida de seres humanos, animales y plantas. Limpiamos con agua tibia y nos relajamos en agua fresca. Hallamos paz escuchando el rugido del mar o dando un paseo bajo la lluvia.
El agua es importante para nuestra vida dentro y fuera de la iglesia. Ilustración fotográfica por Kathleen Barry, Comisión Metodista Unida de Comunicaciones.
El agua también es importante para nuestra vida en la iglesia.
En el Sacramento del Santo Bautismo, "somos iniciados en la santa iglesia de Cristo, … incorporados a los poderosos actos de salvación de Dios y recibimos un nuevo nacimiento por medio del agua y el Espíritu”, dice la Introducción al Pacto Bautismal. “Todo esto es un regalo de Dios, ofrecido a nosotros sin pedir nada a cambio."
El ex director de recursos de adoración para los Ministerios de Discipulado de La Iglesia Metodista Unida el Rdo. Taylor Burton-Edwards, explica que “el Bautismo es el medio normal de renacimiento e iniciación a la vida, muerte y resurrección de Jesucristo."
Nuestra necesidad de salvación
La Biblia nos enseña que Dios creó al ser humano a la imagen de Dios y que toda la creación es buena. El pecado provocó una “distorsión de la imagen de Dios en nosotros y la degradación de toda la creación”, señala," Por Agua y el Espíritu (By Water and the Spirit), la declaración oficial en inglés sobre el bautismo de La Iglesia Metodista Unida.
En el bautismo rechazamos el poder del pecado e iniciamos nuestro viaje como discípulos de Jesucristo.
SACRAMENTOS: LA PRESENTACIÓN DE DIOS
La Iglesia Metodista Unida celebra dos sacramentos: el Santo Bautismo y la Cena del Señor. Nuestra declaración oficial sobre la comunión, Este Santo Misterio, nos ayuda a entender a qué nos referimos por sacramento.
"Los sacramentos son actos simbólicos que incluyen palabras, acciones y elementos físicos. Expresan y transmiten el amor misericordioso de Dios. Hacen que el amor de Dios sea visible y efectivo. Incluso podríamos decir que los sacramentos son ‘la presentación’ de Dios, comunicándose con nosotros de forma que podemos, a pesar de nuestra desolación y nuestras limitaciones, recibir y experimentar la gracia de Dios."
By Water and the Spirit explica que “el Bautismo y la Cena del Señor son sacramentos instituidos u ordenados por Cristo en los Evangelios."
Los elementos del agua, el pan y el vino son una parte muy importante de estos ritos. “Puesto que Dios ha creado y está creando todo lo que existe”, enseña By Water and the Spirit, “los objetos físicos de la creación pueden convertirse en portadores de presencia, poder y significado divinos y, por lo tanto, convertirse en medios sacramentales de la gracia de Dios. Los sacramentos son medios eficaces para la presencia de Dios a través del mundo creado."
Por medio de la Gran Acción de Gracias de la liturgia de la comunión y la Acción de Gracias por el Agua de la liturgia bautismal, oramos para que el Espíritu Santo sea derramado sobre estos objetos y quienes los reciben.
"La acción ritual de un sacramento no solo indica la presencia de Dios en el mundo, sino que también participa en este y se convierte en un vehículo para transmitir esa realidad”, señala By Water and the Spirit. “La presencia de Dios en los sacramentos es real, pero debe ser aceptada por la fe humana si es que va a transformar vidas humanas. Los sacramentos no transmiten la gracia de manera irrevocable o por arte de magia, sino que son canales poderosos por los que Dios ha decidido poner la gracia a nuestro alcance."
El Pacto Bautismal en el Himnario Metodista en Mil Voces para Celebrar ) inician con preguntas a los padres y padrinos de quienes van a ser bautizados, y a los candidatos que pueden responder por sí mismos.
Se le pregunta a uno si renuncia a la perversión, rechaza el mal y se arrepiente del pecado; si acepta la libertad y el poder de Dios para rechazar el mal, la injusticia y la opresión; y si confiesa a Jesús como Salvador, confía en su gracia y promete servirlo como Señor junto con todos aquellos que forman parte de la iglesia universal.
"El bautismo inicia ese proceso de apartarnos del poder del pecado”, aclara Burton-Edwards, “pero es la gracia santificadora que nos acompaña durante toda nuestra vida la que realmente lo logra."
Por medio de las aguas del bautismo se nos limpia de nuestro pecado y nacemos a una nueva forma de vida. Así sea un niño pequeño o un adulto, esto es solo el principio.
El bautismo de bebés y niños pequeños
Así como la circuncisión de niños varones es el acto de iniciación al pacto de Dios con el pueblo hebreo (véase Génesis 17:9-14), el bautismo es nuestra iniciación al nuevo pacto en Jesucristo.
El día de Pentecostés, Pedro ofrece la promesa del bautismo sin importar la edad, diciendo que es para ustedes, para sus hijos y para todos los extranjeros (Hechos 2:38-41). Más adelante en Hechos, leemos que Pablo y Silas bautizan a Lidia y a todos en su casa, y luego al carcelero que los custodiaba y a toda su familia (Hechos 16).
Continuamos esta práctica bautizando a los hijos de quienes reafirman sus votos bautismales, recibiéndolos en los poderosos actos de salvación de Dios.
Membresía en la iglesia
Todos los que reciben el sacramento en una congregación metodista unida son miembros de la Iglesia universal, la denominación de La Iglesia Metodista Unida y su congregación local, sin importar su edad.
Por Agua y el Espíritu explica que “así como los niños pequeños son miembros de sus familias humanas, pero no pueden participar en todos los aspectos de la vida familiar, al ser bautizados también son miembros de la Iglesia —la familia de la fe— pero aún no son capaces de compartir todo lo relacionado con la membresía."
Aunque todos los bautizados en una iglesia Metodista Unida son miembros, al reportar estadísticas de membresía contamos a los miembros profesantes, aquellos que están bautizados y han profesado públicamente los votos bautismales y de membresía.
El bautismo nos une como comunidad de fe, como ilustró la Obispo Elaine J.W. Stanovsky en el bautismo de la hija de dos presbíteros durante la Conferencia Anual de las Montañas Rocosas en el 2013. Foto de archivo, Comisión Metodista Unida de Comunicaciones.
Solo una vez
Ya que el bautismo es un acto de Dios que nos inicia en el seno de la iglesia universal, “el sacramento debe ser recibido por una persona solo una vez”, afirma Por Agua y el Espíritu.
Algunas personas bautizadas podrían querer conmemorar y celebrar profundas experiencias de fe de una manera especial. Para este fin, El Himnario Metodista Mil Voces para Celebrar contiene el Pacto Bautismal sobre la reafirmación congregacional, que utiliza el agua de maneras que nos recuerdan nuestro bautismo. Los votos de los miembros de La Iglesia Metodista Unida también conllevan una reafirmación de los votos bautismales.
Seguir el camino que conduce a la vida
Tras el acto del bautismo en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, el pastor ofrece una bendición con la imposición de manos, lo cual puede incluir aceite. El pastor dice: “Qué el Espíritu Santo actúe en ti, que habiendo nacido mediante el agua y el Espíritu, puedas vivir como fiel discípulo(a) de Jesucristo."
La declaración By Water and the Spirit enseña que “esta unción le promete a la persona bautizada el poder de seguir fielmente el tipo de vida que representa el bautismo con agua."
Para estudio adicional
Los Ministerios de Discipulado de la Iglesia Metodista Unida proporcionan dos recursos maravillosos para aquellos que buscan saber más.
- By Water and the Spirit: una comprensión metodista unida del bautismo es la declaración oficial de la iglesia adoptada en la Conferencia General de 1996.
- Esta es su liturgia bautismal: un recurso para comprender el ritual metodista unido del santo bautismo explica el propósito de cada parte del servicio que utilizamos.
Ambas son descargas gratuitas que pueden ser utilizadas para el estudio de individuos, clases y grupos pequeños.
Uno de los dones que otorga el Espíritu Santo es la iglesia, local y universal, en la que nos inicia el Sacramento del Santo Bautismo.
"En el servicio”, explica Burton-Edwards, “la congregación también hace votos. Te rodearán con una comunidad de amor y perdón, y orarán por ti, para que puedas ser un discípulo de Jesucristo que siga el camino que lleva a la vida."
Por esta razón, los bautismos deben llevarse a cabo en presencia de la comunidad de fe. La congregación da la bienvenida a sus miembros más nuevos y ratifica su pacto de llevar una vida de discipulado.
"El bautismo no es un acto de impartir algo únicamente para ti”, aclara Burton-Edwards. “Es un acto que te introduce a una relación espiritual con todo el cuerpo de Cristo. En la que te vuelves uno mismo con ellos y ellos se vuelven uno mismo contigo."
Juntos, los bautizados —la Iglesia de todas las edades, naciones y razas— siguen el camino que lleva a la vida.
*Joe Iovino trabaja para UMC.org en la Comisión Metodista Unida de Comunicaciones. Contáctalo por email o por teléfono, al615-312-3733.
Este artículo fue publicado el 12 de octubre del 2015.