Muchos de nosotros lidiamos casi todos los día con la ansiedad. A menudo, nos encontramos anhelando encontrar alguna forma de calmar nuestra mente, formas de interrumpir el espiral emocional que lleva a la depresión y los pensamientos negativos. Es crucial que encontremos maneras de cultivar la paz mental para así lograr un bienestar general. Para quienes exploran la intersección entre la espiritualidad y la vida diaria, la oración ofrece una práctica significativa para abordar y procesar las ansiedades.
Pero la oración podría intimidarnos. Algunas veces nos faltan las palabras para comunicar lo que sentimos. Ayuda saber que, por miles de años, los cristianos han enfrentado problemas similares y han levantado las misma preguntas con las que hoy luchamos. Podemos apoyarnos en las palabras que otros cristianos compartieron hace mucho tiempo para ayudarnos a guiar o centrar nuestros pensamientos en el aquí y ahora.
Más abajo compartimos una colección de oraciones impartidas a través de toda la historia de cristianismo. Quizá una de ellas pueda despertar en usted un sentido de perspectiva o proveerle de las palabras que siente pero que no puede expresar.
Es importante aceptar que, aunque la oración podría ser una poderosa herramienta para muchos, no puede reemplazar la asistencia de profesionales de la salud mental. Si usted o alguien que usted conoce lucha con la ansiedad o problemas mentales, es apropiado y recomendable buscar ayuda profesional.
Estas son las oraciones que compartimos:
“Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo”.
— Romanos 15:13
Oh, Dios, puesto que en Cristo Jesús está la plenitud infinita de todo lo que podríamos querer o desear, que todos recibamos de él gracia sobre gracia; gracia para perdonar nuestros pecados y sujetar nuestras iniquidades; para absolvernos y santificar nuestras almas; y para completar ese santo cambio, esa renovación de nuestros corazones que nos capacitará para transformarnos a la bendita imagen según la que tú nos creaste. Oh, haznos a todos aceptables para ser partícipes de la herencia de tus santos en luz. Amén.
—John Wesley
Oh, Señor Dios,
Concédenos tu paz,
Porque tú nos has provisto de todas la cosas,
La paz del descanso,
La paz del día de reposo que no tiene atardecer,
A través de Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
—Agustín de Hipona.
Oh, Dios, tú eres la inagotable fuente de paz,
El océano celestial de amor,
La fuente de bendiciones,
El dador de cariño,
Y tú envías paz a aquellos que la reciben.
Ábrenos en este día el mar de tu amor,
Y riéganos con los arroyos que fluyen de tu gracia.
Haznos hijos de la quietud y herederos de tu paz.
Enciende en nosotros el fuego de tu amor,
Planta en nosotros una santa reverencia hacia ti,
Fortalece nuestras debilidades por tu poder,
Únenos estrechamente a ti y unos con otros,
En un firme vínculo de unidad, por amor a Jesucristo. Amén.
—Oración atribuida a Clemente de Roma, ca. 96
Que Dios el Padre nos bendiga,
Que Cristo nos cuide,
Que el Santo Espíritu nos ilumine todos los días de nuestra vida.
Que el Señor sea nuestro defensor y guardián de nuestro cuerpo y alma,
Ahora y por los siglos, por los siglos de los siglos.
—Æthelwold
Oh, Dios, tú eres el abismo inescrutable de paz, el inefable océano de amor, la fuente de bendiciones y el dador de cariño. Tú envías paz a quienes la reciben. Ábrenos hoy el mar de tu amor y riéganos con los abundantes arroyos de las riquezas de tu gracia. Haznos hijos de quietud y herederos de tu paz. Enciende en nosotros el fuego de tu amor, planta tu temor en nosotros, fortalece nuestras debilidades por tu poder, únenos estrechamente a ti y unos con otros en un firme vínculo de unidad, por amor a Jesucristo. Amén.
—Liturgia Clementina Siria.
Tú eres bendito, oh Señor, que me has alimentado desde mi juventud, que alimentas a toda carne. Llena nuestros corazones de gozo y alegría para que, teniendo siempre lo suficiente en todas las cosas, abundemos en toda buena obra en Cristo Jesús nuestro Señor, a través de quien a ti sea la gloria, el honor, el poder, la majestad y el dominio, por los siglos de los siglos. Amén.
—Liturgia Clementina.
Amado Señor y Padre celestial, hoy te ofrezco todo lo que soy, todo lo que tengo y todo lo que hago, y todo lo que sufro, para ser tuya hoy y tuya por siempre. Dame gracia, Señor, para poner en práctica todo lo que sé de tu santa voluntad. Purifica mi corazón, santifica mi pensamiento y corrige mis deseos. Enséñame, en todo los problemas, trabajo y alegrías de hoy, a responder con alabanza honesta, confianza sencilla y obediencia inmediata, para que mi vida sea verdaderamente un sacrificio vivo por el poder de tu Espíritu Santo y en el nombre de tu Hijo Jesucristo, mi Señor y mi todo. Amén.
—Elisabeth Elliot (1926–2015)
Oh, buen pastor, búscame y llévame de nuevo a tu rebaño.
Trátame favorablemente según tu buena voluntad,
Hasta que more en tu casa todos los días de mi vida,
Para alabarte por los siglos de los siglos con los que allí están.
—Jerónimo
Profunda paz de la ola que corre hacia ti,
Profunda paz del aire que fluye hacia ti,
Profunda paz de la tierra tranquila hacia ti,
Profunda paz de las estrellas brillantes hacia ti,
Profunda paz del Hijo de Paz hacia ti por siempre.
—Fuente desconocida, escocés antiguo
No permitas que nada te turbe,
Que nada te asuste.
Todas las cosas pasarán,
Dios nunca cambia.
La paciencia lo consigue todo,
Quien tiene a Dios no le falta nada.
Dios solo es suficiente. Amén.
—Teresa de Ávila
La oración puede ser una práctica reconfortante y tranquilizadora que nos ayuda a articular nuestras ansiedades para encontrar un sentido de paz. Por medio de integrar estas oraciones en su rutina diaria, usted podría encontrar una conexión más profunda con su espiritualidad y lograr un sentido más significativo de salud mental. Recuerde que el explorar las prácticas espirituales como la oración puede convertirse en una parte valiosa de su viaje a la salud mental. Que estas oraciones lo guíen a buscar e involucrarse en una comunidad de fe que resuene con su búsqueda espiritual, ofreciéndole el consuelo y la paz que busca.
Ryan Dunn es ministro de involucramiento por la web de Rethink Church, un departamento de Comunicaciones Metodistas Unidas, Nashville, Tennessee.
