Asistía a nuestra clase de escuela dominical por internet para niños de primer a quinto año. Los niños se unieron a la clase contentos, usando sus manos para decir “hola” con risas en sus rostros. Como es usual, su energía era espléndida y sólo nos tomó unos minutos ayudarlos a calmarse y concentrarse. Me dije: “Qué bueno, estos niños realmente se han ajustado a este tiempo de COVID-19, tensiones raciales, elecciones, clases en la casa y uso de máscaras”. Por fuera los niños parecían felices y libres de preocupaciones.
La maestra Janet invitó a los niños a realizar una respiración profunda, y otra y otra más, mientras ella encendía una vela. Le pidió que escribieran en la caja de diálogo (chat box) cualquier cosa que quisieran pedir en oración. Entonces empezaron a aparecer las preocupaciones: Covid, el miedo a enfermarse, Covid, que la abuela no se enferme, Covid. Esto nos recordó que los niños son muy buenos para esconder sus sentimientos mediante risas, juegos y boberías.
¿Cómo podemos ayudar a nuestros niños en estos tiempos difíciles? Los invito a que una vez a la semana usen con sus niños un ritual de sanidad muy simple. Este ritual de sanidad los ayudará a reconocer el estrés y a descubrir maneras positivas para expresarse a sí mismos después de un tiempo de quietud en la presencia de Dios.
Elementos necesarios: Una lata de bebida cerrada, una vela y un encendedor.
Ritual de sanidad
Primera parte: Reconocer el estrés
Siéntese con su hija y empiece a agitar la lata de soda. ¡De seguro que esto llamará su atención! Cuando le pregunte por qué, dígale: “Esta lata de bebida eres tú y esta lata de bebida soy yo. ¡Hemos estado agitados! Cada burbuja en esta lata es un sentimiento que estamos teniendo. Veamos si podemos nombrar las burbujas de nuestra lata de soda. Porque ¿sabes lo que pasará si no dejamos que nuestras burbujas salgan? ¡La lata puede explotar! Cuando no dejamos que nuestros sentimientos emerjan, se amontonan dentro y explotamos. Decimos cosas que no habríamos querido decir. Le gritamos a nuestros seres amados y hasta quizá golpeemos a alguien o le tiremos algo. De modo que, es necesario que nombremos nuestros sentimientos ahora, que los dejemos salir de la lata.
Pasen un tiempo nombrando los sentimientos que tienen. Entonces usted y su hija ocuparán algunos minutos pensando en cómo sacar las burbujas de sus latas. Cosas como: salir a caminar, jugar algún deporte, bailar, cantar, escribir un diario, dibujar o pintar. Escoja una actividad para practicarla regularmente durante la semana. Prométanse que lo harán.
Segunda parte: quietud
Una vez que su hija y usted han compartido tiempo identificando sus sentimientos y figurando cómo expresarlos, prenda una vela. La luz de la vela tiene un efecto calmante en toda la gente. Prenda la vela y pídale a la niña que se siente con usted a la luz de la vela. Inhalen y exhalen profundo el amor de Dios por un minuto. Después invite a su niña a que apague la vela y dense un abrazo.
Tercera parte: la bendición
“Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”.
(Mateo 18:20, NIV)
La bendición es un momento en que usted mira a su hija a los ojos, y le dice que ella es fuerte y resistente, que usted sabe que se esfuerza y que Dios siempre está con ella. Entonces, usando su dedo, haga la señal de la cruz o un corazón en la frente de la niña para recordarle que Dios la ama. Que ella haga lo mismo con usted.
¿Demasiado fácil?
Este es un ritual simple con gran poder de sanidad para los niños. La única parte difícil del ritual es que el adulto que lo dirija comparta sentimientos auténticos. Es un ritual para compartir entre adultos y niños.
La realidad es que todos estamos estresados y a nadie le gusta ser interrogado en cuanto a cómo nos va. Los niños resisten el que se les fuerce a compartir sus sentimientos tal como lo hacen los adultos. Así que, júntense, compartan, prendan una vela, respiren juntos, compartan una bendición y confíen que donde hay dos o tres reunidos, Dios está allí sanando nuestras vidas.
Los rituales son un don. Oro que este ritual de sanidad llegue a ser parte regular de la vida de oración de su familia. Ore que a través del ritual encuentren la fuerza y esperanza que solo Dios puede crear en tiempos convulsionados.
La Rev. Leanne Hadley ha ocupado muchos años trabajando en el ministerio con los niños en diferentes contextos. Hadley fundó el ministerio A Time for Children. Para más información pulse aquí, o contáctese con Joe Iovino en Comunicaciones Metodistas Unidas.