¿De qué estás agradecido?
Algunas veces es fácil responder a esta pregunta. Otras veces, es toda una lucha. Después de todo, las muchas circunstancias de la vida nos dejan sintiéndonos más vacíos que agradecidos.
Sabemos que la gratitud es buena y nos sentimos impulsados a ser agradecidos. La Escritura nos dice que siempre debemos dar gracias. ¿Es esto posible? ¿Cómo cultivamos la gratitud cuando pasamos por situaciones difíciles?
El tomar un momento para recordar las cosas por las que estamos agradecidos es una excelente manera de ejercitar el músculo de la gratitud. Foto por Ryan Dunn.
El músculo de la gratitud
La gratitud funciona un poco como los bíceps. Mientras más los ejercitamos, más capaces y fuertes se ponen. De modo que, identifiquemos el impacto de la gratitud y cómo fortalecerla.
Los estudios demuestran que cuando uno expresa gratitud duerme mejor. Los estudiantes universitarios que mostraban más gratitud informaron que se sentían menos estresados, menos deprimidos y que se sentían menos aislados al final de sus exámenes de fin de semestre. Las personas agradecidas experimentan emociones más positivas, más satisfacción y menos emociones negativas como la ansiedad o la envidia.
La Biblia tiene al menos 100 versículos acerca de la gratitud. Quizá el más popular sea: “den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús” (1 Tes. 5:18).
Es notable que este versículo no diga que debemos estar agradecidos por todas las circunstancias. Más bien, sugiere que expresemos gratitud a través de todas las circunstancias. Esto reconoce que hay circunstancias difíciles. Al igual que muchos otros, este versículo nos enseña que, a pesar de todo, hay cosas por las que estar agradecidos.
Durante tiempos de ansiedad y dificultades debemos recordar que la gratitud es como ejercitar un músculo. Cuando empezamos a hacer ejercicios, no podremos levantar cargas muy pesadas. Debemos entrenarnos para fortalecernos.
Empezamos con las pesas más livianas y ejercitamos los músculos hasta que hayamos ganado la fuerza suficiente para levantar cosas más pesadas. Mientras más ejercitamos un músculo, más fácil serán los movimientos y el levantamiento de pesas.
Oraciones de acción de gracias
Salmo 100
Aclamen alegres al Señor, habitantes de toda la tierra;
adoren al Señor con regocijo.
Preséntense ante él
con cánticos de júbilo.
Reconozcan que el Señor es Dios;
él nos hizo, y somos suyos.
Somos su pueblo, ovejas de su prado.
Entren por sus puertas con acción de gracias;
vengan a sus atrios con himnos de alabanza;
denle gracias, alaben su nombre.
Porque el Señor es bueno y su gran amor es eterno;
su fidelidad permanece para siempre.
United Methodist Book of Worship #556
Oh, supremo Señor del universo,
Tú llenas y sostienes todo lo que nos rodea.
Con el toque de tu mano conviertes el caos en orden, las tinieblas en luz.
Escondes energía desconocidas en el corazón de la materia.
De ti brota el esplendor del sol y el suave resplandor de la luna.
Tú pones a las estrellas y planetas sin número en un movimiento ordenado.
Tú eres la fuente del calor del fuego y la fuerza del viento, de la frescura de las aguas y la estabilidad de la tierra.
Profundos y maravillosos son los misterios de tu creación. Amén.For the Beauty of the Earth (Folliot Sandford Pierpoint)
Por la belleza de la tierra,
por la gloria de los cielos,
por el amor que desde nuestro nacimiento
yace sobre nosotros y a nuestro alrededor.
Señor de todo, a ti levantamos
este nuestro himno de alabanza agradecida.La gratitud trabaja en forma similar: Mientras más practicamos una gratitud liviana, más fácil y más generosa se convierte. Es como ir aflojando una represa. Al principio solo veremos un hilo de gratitud, pero pronto experimentaremos un diluvio de sentimientos de gratitud.
Ejercicios de gratitud
La tradición nos provee de un número de técnicas que nos sirven para nuestros ejercicios rutinarios.
Mantenga un diario: Quizá la práctica más accesible para todos sea la de simplemente escribir todos los días una lista de las cosas por las que estamos agradecidos. Otros usan notas adhesivas que colocan en lugares visibles.
El acto mismo de escribir se convierte en una fuente de reflexión agradecida. La presión de tener que escribir nos fuerza a considerar las numerosas bendiciones que tenemos.
Ofrezca una oración de gracias diaria: Cuando no somos capaces de crear nuestros propios pensamientos, podemos tomar prestado de quienes han venido antes que nosotros. Repita en voz alta las oraciones tradicionales de acción de gracias que hemos compartido.
Practique un estado de consciencia: Por cientos de años, los cristianos contemplativos han cultivado un sentido de gratitud por medio de prácticas de meditación deliberadas. Quizá una de las prácticas más vitales para establecer una consciencia agradecida se conoce como el examen ignaciano.
El examen tiene cinco pasos:
- Esté consciente de la presencia de Dios. Los practicantes algunas veces prenden una vela como recuerdo físico. Más a menudo, simplemente oran a Dios para invitarlo a que los ayude a estar conscientes de la presencia de Dios.
- Dé gracias. Algunas veces se requiere preguntas directas, como ¿De qué momentos estoy más agradecido hoy día?
- Ponga atención a sus emociones. Otra vez, hay preguntas que ayudan: ¿Cuándo te sentiste más vivo el día de hoy?
- Enfrente sus faltas. ¿Cuándo fue que hoy no actué cristianamente? ¿Cuándo fue que no amé al prójimo?
- Mire hacia mañana. ¿Cómo podré demostrar amor el día que viene? ¿Cuáles son mis esperanzas para mañana?
Para más información, visite IgnatianSpirituality.com.
Muchas veces, la gratitud no viene fácilmente o en forma natural, pero estas prácticas nos recuerdan de las cosas por las que podemos estar agradecidos.
Ryan Dunn, es ministro de involucramiento por la web de Rethink Church, que opera desde Comunicaciones Metodistas Unidas, Nashville, Tennessee. Contáctese por email.