Todavía faltan unos días para la Pascua de Resurrección, y este es el momento para las dudas cuando consideramos las circunstancias de la resurrección. Lo hago desde la perspectiva de lo que llamo escepticismo cristiano.
Cuando era pequeño, mi familia asistía a la iglesia sólo para Navidad y la Pascua de Resurrección. Asistir a la iglesia era como tomar jarabe para la tos: algo bueno para la tos, pero no te acostumbres a ello.
Cuando fui a la Universidad, mi círculo de amigos del Grupo Universitario Bautista de la Universidad de Alabama abarcaba toda la experiencia cristiana, y muchos era hijos de predicadores y misioneros. A esa edad ya se habían olvidado más de su fe de lo que yo había aprendido. Con el tiempo llegaron a ser mis mejores amigos.
Contribuí con mis habilidades de escritor y empecé a crecer en la fe. Casi no había pasaje bíblico que no examinara para obtener más claridad. Cuando uno empieza a hacer las grandes preguntas de la vida, es natural examinar el tema de una forma determinada. De otra manera, te estás engañando a ti mismo.
Cada vez más me convertí en un Tomás, el apóstol famoso por sus dudas. Antes de creer, exigió ver las marcas de los clavos que se hundieron en la carne de Jesús.
La duda se convirtió en mi amiga durante mi aprendizaje de la fe. Por cada libro sobre apologética leí otro escrito por un agnóstico. Cada vez que leía los evangelios, notaba las ambigüedades. Porque si me pides que viva según un libro escrito siglos atrás por muchos autores que no se ponen de acuerdo, soy un tipo exigente.
Buscaba testimonio creíble entregado por testigos oculares desde un punto de vista respetado. Sí, veo la ironía de alguien que busca una fe basada en pruebas, pero esos eran los términos bajo los que avanzaba.
“Si vas a ser un verdadero buscador de la verdad, es necesario que por lo menos hayas dudado una vez en tu vida de todas las cosas lo más que se pueda” - Rene Descartes
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Aunque dudaba, tenía curiosidad. ¿Qué podía creer de la historia de la Pascua de Resurrección?
Incluso una lectura superficial de la primera Pascua de Resurrección revela inconsistencias. ¿Había uno o dos ángeles? ¿Por qué los escritores de los evangelios no se ponen de acuerdo en cuanto a qué mujeres vinieron a la tumba? Mateo habla de un terremoto y del informe que los guardias entregaron a los sacerdotes, lo que no aparece en los otros evangelios. ¿Cómo obtuvo su información? Solo Lucas describe el camino a Damasco. Además, Juan habla de que Jesús hizo muchas señales pero no describe ninguna. ¿Es una broma? ¿Por qué no se ponen de acuerdo?
No obstante, los evangelios tienen mucho en común. La tumba estaba vacía. Por lo menos una mujer la visitó y un ángel estuvo presente. Cristo apareció a varias personas en varias ocasiones, lo cual es vital. En este mundo en que confiamos en testimonios de testigos oculares, el que se informe de la presencia física de Cristo es la prueba más grande.
Hace algunos años, un pastor ofreció otra idea lógica difícil de refutar. Hizo notar que los seguidores de Cristo muchas veces sufrieron una muerte cruel de tortura. Afirmó que “la gente racional no da su vida por una mentira”. Aunque esta no era una defensa nueva de la fe, comunicaba una verdad intelectual y emocional permanente.
Una cosa es que los seguidores hayan mantenido su narrativa, pero otra muy distinta que persistieran en ella cuando causaría ridículo, persecución, cárcel y hasta la muerte. ¿Lo harías por una mentira?
Porque al final cada persona debe escoger su propio orgullo y escepticismo o confiar en humildad y apreciación de aquello que está más allá de nuestras mentes limitadas.
Mi confianza está en esto: los múltiples e independientes testigos oculares de Cristo son nuestra piedra angular.
Mi naturaleza inquisitiva me llevó a este lugar. La fe simple nunca fue suficiente. Tenía que saber más, para poder hablar con otros acerca del creador y salvador cuya misericordia y capacidad va más allá de nuestra imaginación.
En tu búsqueda de una fe más firme, que tu fe sea renovada por el significado de la tumba vacía.
Brett McArdle vive cerca de Nashville con su esposa y dos hijos. Su tiempo libre lo gasta en escribir, mantener su estado físico y discutir cuán grande es el equipo de futbol Alabama Crimson Tide.
[Publicado 11 de abril, 2017]