El Rev. Jeremy Squires se sentía acabado.
“La pandemia de Covid me trajo el año más difícil que haya experimentado en mis 25 años de ministerio”, dice Squires, pastor titular de la Iglesia Metodista Unida Good Shepherd, en Hendersonville, Tennessee.
“En octubre, hablé con mi esposa y le dije que estaba listo para renunciar”, nos cuenta. “No estoy haciendo ningún bien a nadie y más bien estoy causando daño. Así que, ¿para qué estoy haciendo esto? No entiendo lo que se necesita para esta situación, y estoy fracasando.
La pandemia había incrementado tremendamente el trabajo de Squires y su personal.
“Mi frustración y la de mi personal está creciendo”, dijo.
Estaba “operando sin energía”, dice Squires, “manejando conflicto tras conflicto entre diferentes opiniones día tras día, personas que simplemente estaban enojadas por su pérdida desquitándose conmigo”.
Salud física y spiritual
Para muchos, la pandemia agudizó la lucha contra el agotamiento, un problema común entre el clero, dice Rae Jean Proeschold-Bell, directora de investigaciones de The Duke Clergy Health Initiative, Duke Divinity School.
“Las tareas de clero son muchas”, declara. “Son responsables de 50 cosas diferentes que requieren un conjunto de 50 habilidades distintas. Esto realmente puede causar agotamiento y angustia”.
El cuidar físicamente de uno mismo puede ser una clave para luchar contra el agotamiento.
Joy L. Arroyo, graduada de Princeton Theological Seminary, escribió un ensayo titulado “John Wesley's Empowered Regimen: Cultivating Health and Sanctification,” que fuera publicado por Penn State University Press en su revista “Wesley and Methodist Studies”.
“Wesley conectó el régimen diario de salud con la santificación porque el régimen aumenta el autocontrol”, afirma Arroyo. “Más específicamente, Wesley describe una dieta nutritiva y el levantarse temprano como actos de abnegación, un medio de gracia y templanza, un fruto del Espíritu. Estas caracterizaciones sugieren que un régimen de salud diario es un esfuerzo cooperativo entre los humanos y Dios”:
Acto sagrado
Wesley escribió a menudo acerca de buscar y mantener la salud mental y física, argumenta Arroyo.
“Creía que la salud física, mental y espiritual estaban conectadas, y abogó por prácticas diarias de salud tales como el ingerir comida nutritiva, hacer ejercicio y levantarse temprano. Estas prácticas se ven como medios para prevenir enfermedades, restaurar la salud, aliviar trastornos mentales y fortalecer la vitalidad espiritual”, afirma. “Mi teoría es que, si cuidamos de nuestros cuerpos como algo sagrado, nos sentiremos motivados a darle prioridad. Esa es la teoría, pero no ha sido probada en el campo”.
En un ensayo llamado Primitive Physic: An Easy and Natural Method of Curing Most Diseases, Wesley plantea sus recomendaciones.
“Absténgase de toda comida mezclada y muy condimentada. Use una dieta sencilla y de fácil digestión… Beba solo agua, si le cae bien al estómago; si no, beba una pequeña cerveza clara. Ejercítese bien diariamente, al aire libre y sin cansarse demasiado. Coma una cena liviana a eso de las 6 o 7 de la noche. Váyase a la cama temprano y levántese temprano.
“Perseverar con firmeza en este estilo de vida es a menudo la mitad de la cura”, concluye Wesley.
Encontrando alivio
Para el pastor Squires, el alivio empezó después de que se derrumbó en una reunión de comité del personal de su parroquia, Good Shepherd. Fue irónico que los asistentes se habían reunido para alabarlo por todos sus esfuerzos durante la pandemia.
“Al final todo lo que sentía salió como un diluvio”, dice Squires. “Les compartí cuán quebrantado estaba y que ya no tenía más que dar. Les dije que me sentía golpeado y magullado por todo lo que había ocurrido en, entre y fuera de nuestra comunidad”.
Se tomó la decisión de que Squires tomara el mes de enero para descansar. Se le animó a que “permaneciera conectado, que descansara, encontrara el perdón y siguiera adelante”. Ahora está de vuelta en el ministerio.
Si uno considera las instrucciones de Wesley como un imperativo teológico, dice Squires, esto lo hará a uno más consciente de la salud.
“Creo que al ponerme más viejo –ya tengo 51 años– pienso más y más en que esto es parte de todo”, afirma. “Voy a estar en este ministerio por 20 años más, así que debo estar en buena salud física”.
Jim Patterson es escritor independiente con base en Nashville.