Al celebrar los meses de la Historia Negra y la Historia de las Mujeres, el departamento Ask The UMC recuerda a cuatro mujeres negras pioneras y revolucionarias en la historia del metodismo americano. Hacemos esta celebración en dos partes.
La Primera Parte trata de Ida Bell Wells-Barnett y Mary McLeod Bethune.
La Segunda Parte celebra las vidas de la Rev. Sallie Crenshaw y la Obispa Leontine T.C. Kelly.
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- Ida B. Wells-Barnett (Arlisha Norwood, National Women’s History Museum)
- Ida B. Wells-Barnett and Her Passion for Justice (Lee D. Baker, Duke University)
- Ida B. Wells (National Park Service)
Ida Bell Wells-Barnett (1862-1931)
Ida Bell Wells nació en la esclavitud, en Holly Springs, Mississippi, en medio de la Guerra Civil. Llegó a convertirse en una periodista pionera, activista contra los linchamientos, sufragista y cruzada por la justicia para las mujeres y gente de color.
Después de lograr la emancipación, sus padres trabajaron en la Sociedad de Ayuda a los Libertos de la Iglesia Episcopal Metodista, que estableció Rust College, la más antigua universidad históricamente negra. Ida empezó su educación avanzada en Rust College, pero sus padres y su hermano menor murieron de fiebre amarilla el año 1878, lo cual la forzó a dejar la universidad y trabajar como maestra para sostener a sus hermanos.
Uno de los resultados del período de la Reconstrucción en el sur del país había sido la integración de los edificios públicos. Pero no todas las compañías de tránsito adoptaron la integración. En 1884, Ida compró un boleto para viajar a Memphis y se sentó en el carro para damas. De pronto el conductor le pidió que se cambiara al carro de fumadores para acomodar a una dama blanca. Ida rehusó y cuando el conductor la empezó a llevar a la fuerza al otro carro, ella lo mordió. Al final fue expulsada del tren. Ida entabló una demanda contra la compañía de trenes. Al principio ganó su caso, pero la Corte Suprema de Tennessee cambió el veredicto. La historia logró notoriedad en los periódicos y la ayudó a empezar su carrera como periodista. Esta maestra de 25 años que se atrevió a demandar a la compañía de trenes llegó a ser una escritora afamada.
En 1889, se asoció con el periódico Free Speech and Headlight de Memphis, que tenía una gran circulación entre la gente negra y cristiana. Esto le trajo otra carrera en la que se concentró: La investigación, denuncia y cruzada para acabar con los linchamientos en el sur del país. Después de que tres amigos fueran linchados en Memphis, Wells-Barnett escribió lo que podría ser su obra mayor: el libro Southern Horrors: Lynch Law in All Its Phases. En 1892, su intrépida crítica a los linchamientos la forzó a irse de Memphis, en busca de un lugar más seguro en Chicago. Allí trabajó junto a Jane Addams para detener la segregación de las escuelas públicas de Chicago y llegó a ser una de las más veteranas con más experiencia en la lucha por lograr que las mujeres pudieran votar. Durante la importante marcha para el sufragio nacional de 1913, en Washington, una sufragista amiga pidió a Wells-Barnett que no marchara junto con el resto de las mujeres por temor a perder el apoyo de los blancos. Pero cuando una turba atacó la marcha y empezó a golpear a las mujeres, Well-Barrett se unió a sus compañeras sufragistas en medio del caos.
Aunque Chicago llegó a ser su hogar definitivo por el resto de su vida, las organizaciones a favor del sufragio femenino, los derechos civiles y anti-linchamiento de todo el país la siguieron solicitando a menudo como conferencista, mentora y organizadora. También llegó a ser una de las dos mujeres fundadoras del NAACP — aunque muchos la consideraban demasiado radical para actuar como líder. Siguió activa en la reforma urbana de Chicago hasta su muerte en 1931.
Mary McLeod Bethune (1875-1955)
Mary McLeod Bethune fue una importante educadora, líder, oficial de gobierno y defensora de los derechos humanos del siglo XX.
McLeod fue una de las más jóvenes de 17 hermanos, y nació en Carolina del Sur de padres que habían sido esclavos.
Después de completar su educación en Scotia Seminary y en Moody Institute for Home and Foreign Missions, McLeod quiso ser misionera. Sin embargo, nadie quería enviarla como misionera, así que se dedicó a la educación y a enseñar en las escuelas. Se casó con otro maestro, Albertus Bethune.
Después de divorciarse, McLeod Bethune empezó su propia institución educacional, una escuela para niñas en Daytona, Florida. En 1931, la escuela se fusionó con Cookman Institute para llegar a ser Bethune-Cookman University. La calidad de la educación, combinada con el liderazgo de abogacía de McLeod Bethune en organizaciones juveniles, llamó la atención del presidente Roosevelt. En 1936, la nombró directora de asuntos negros de la administración nacional juvenil, posición que ocupó hasta 1944.
Además de su legado en educación, McLeod Bethine promovió activamente los derechos civiles y luchó para poner fin a la discriminación y los linchamientos.
Mientras servía en el gobierno, llegó a ser vice presidenta de NAACP en 1940, una posición que ocupó hasta su muerte en 1955. Tuvo la responsabilidad de supervisar la integración en Women’s Army Corps (cuerpo de mujeres del ejército) en 1942. Bajo el presidente Truman, en 1945, fue nombrada como la única mujer negra que asistió a la fundación de las Naciones Unidas. Además, tuvo éxito como mujer de negocios en las industrias de hospitalidad y seguros.
Como líder metodista, fue delegada a la Conferencia General cuatro veces, y abogó para la eliminación de la segregada Jurisdicción Central.
Este contenido fue producido por La Pregunta Metodista, un ministerio de United Methodist Communications.