Lucy McGuire pasa el tiempo inspirando a quienes la rodean, sea que se dé cuenta o no.
Adoptada a los cuatro años, Lucy nació en China sin la mano derecha. Ahora vive en Nashville, Tennessee, donde aprende, crece y se desarrolla bajo el cariñoso cuidado de su familia y otros que la aman.
Encontrando un hogar
Más de dos años antes de conocer a Lucy, John y Elizabeth McGuire, junto con su hijo biológico, sintieron el deseo de extender la familia.
“Empezamos a investigar el asunto de la adopción y llegó a ser un llamado. Me enamoré de la idea de dar un hogar a una pequeña que lo necesitase. Estoy convencida que Dios me estaba guiando a hacerlo”, dice Elizabeth.
John agrega, “Me acuerdo de que la agencia nos envió una foto y descripción de Lucy, y no tomó más que eso. Supimos que esa niña estaba llamando específicamente a nosotros a ella y a ella a nosotros”.
Después de seis meses de transición, Lucy empezó a hablar en perfecto inglés y empezó a asistir al preescolar de nuestra iglesia.
“Como miembros de la Iglesia Metodista Unida West End, tenemos varias familias que han adoptado niños y nos han ayudado mucho con su apoyo, compartiendo historias y haciéndonos saber que estarán con nosotros si los necesitamos”, dice Elizabeth. “La iglesia era un lugar importante para que Lucy se sienta segura”.
Superando los desafíos
La creatividad de John ha sido vital para encontrar adaptaciones para Lucy, asegurando que su discapacidad física no sea una limitación. Elizabeth agrega: “John ha sido alguien que encuentra soluciones para su hija, lo que lo llena de gozo”.
Lucy irradia una determinación interna, una chispa que la hace aparentemente intrépida. Rápidamente prueba que no es diferente a cualquier otro niño.
Cuando los niños le preguntan qué le pasó a su mano, Lucy les responde: “Un tiburón se la comió la semana pasada”. Después les demuestra que es capaz de participar en actividades que van desde esquiar, andar en kayak, tiro al blanco con arco y flecha, montar bicicleta, dar volteretas y nadar.
“Nada la detendrá!” – Elizabeth Pagano McGuire
Tocando música
Lucy pasa la mayor parte del tiempo practicando su violín. Su maestra, Toni Ferguson, dice: “Espero con entusiasmo su lección semanal. ¡Es un momento brillante para mí!”
El dueño de una tienda que vende violines y otros socios crearon un aparato para ayudar a Lucy a sostener el arco para que pudiera realizar su sueño de llegar a ser una violinista. Ha sido un proceso de probar una y otra cosas hasta encontrar el dispositivo correcto que la ayude en un viaje que se vuelve más fácil con la ayuda de The Wond’ry, subsidiaria de la escuela de ingeniería de Vanderbilt y centro de innovación y diseño. Gracias a la investigación y las capacidades que Ryan Joyce en la impresión de 3D, se pudo lograr una prótesis más articulada para ayudar a Lucy a que consiga un movimiento más orgánico.
Logrando todo
Con la resiliencia y motivación de alguien mayor, no hay forma de predecir lo que Lucy logrará en su lista de cosas por hacer. Dos cosas son ciertas: Será capaz de hacer cualquier cosa y nosotros seguiremos animándola.
Laura Buchanan trabaja en UMC.org, Comunicaciones Metodistas Unidas. Contáctese con ella por email.