¿Qué es justicia social?

Qué es justicia social?

¿Aparece en los anuncios de ropa deportiva o en el café de comercio justo? ¿Es lo mismo que usar términos no ofensivos políticamente?

¿Es peyorativa? 

En el mundo de los medios de comunicación social, algunos lanzan la expresión “guerrero por la justicia social” en forma despectiva.

Por cierto, lejos está de ser una frase ofensiva. La verdad es que la “justicia social” es muy idealista. Me gusta la definición que aparece en un Diccionario de Negocios: “La administración justa y apropiada de leyes que se conforman a la ley natural de que todas las personas –independientemente de su origen étnico, sexo, posesiones, raza, religión, etc., – deben ser tratadas con igualdad y sin prejuicios”. Tengo que admitir que esta definición suena política en su aplicación. Quizá eso sea parte de su atractivo. Me absuelve a nivel personal: Si la justicia social tiene que ver con la administración de leyes, ¿qué papel juego yo en esto?

Dentro de mí hay algo que rechaza la idea de que yo no tenga ninguna responsabilidad en el trato justo y equitativo de toda la gente. Tengo el presentimiento que todos concordarán conmigo en que todos tenemos una labor que cumplir en la justicia social. El que todos tengamos un papel que jugar es lo que hace que sea justicia social.

La mayoría de nosotros hemos estado en la cafetería de una escuela. Todos podemos recordar la ansiedad de decidir dónde sentarnos –o más bien, con quién sentarnos. Siempre había alguien dejado fuera o desechado. Pero sabíamos lo que debíamos hacer: invitar a otros para que nadie se siente solo o sola. Pero para que dicha invitación tuviese éxito, se requería que hagamos espacio en la mesa para que el excluido pudiese sentarse o bien alguien tendría que dejar su sitio en la mesa.

Dado que la justicia social es un asunto comunitario, hice una encuesta dentro de la comunidad para que me dieran una definición de “justicia social”. Intencionalmente le pregunté a quienes responderían desde una perspectiva cristiana porque, al igual que los demás, he notado que los cristianos tienen diferencias en cuanto a la definición y práctica de la justicia social. También le pregunté a la gente que se ha involucrado o que ha expresado opiniones en temas de justicia social.

Una de las personas que me respondió fue el Rev. Gregory Boyle. Es un sacerdote jesuita que fundó la organización más grande en los Estados Unidos para la rehabilitación de miembros de pandillas, Homeboy Industries. Me dijo: “Jesús tomó en serio cuatro cosas: Inclusión, la no violencia, el amor incondicional, y la aceptación compasiva. Queremos tomar en serio lo que Jesús tomó en serio. La justicia social es el producto de la forma que sustentamos la comunidad amada… una comunidad de un parentesco que Dios podría reconocerla”. Su opinión sugiere que la justicia social involucra a gente que se mantiene unida y que se relaciona unos con otros. La justicia social implica solidaridad. Es el producto de gente que realmente se ama.

Michael Gungor, cantante, compositor y podcaster, me respondió: “Me parece que tiene que ver con la búsqueda del Shalom en el área de las relaciones humanas y las estructuras de poder”. Shalom es una palabra cargada de significado, pues quiere decir paz, totalidad y bienestar. Esta definición une la definición de Boyle a la del Diccionario de Negocios, confrontando la solidaridad con las estructuras de poder.

Rudy Rasmus es cofundador de Bread of Life y pastor asociado en St. John’s Church, en Houston, Texas. Me envió un tweet, diciendo: “La justicia social hace referencia a la lucha por igualdad entre todos los grupos de gente, independientemente de raza, sexo, edad, orientación sexual, religión, nacionalidad, educación y habilidad mental o física”. Es el reconocimiento de que toda la gente busca un lugar en la mesa, como dice el proverbio.

Zachinite Vargas sostiene un letrero que dice “Soñadores Apoyen a Ferguson”. Junto a ella está Fátima Vargas de la Coalición de Tennessee para los Derechos de los Inmigrantes. Ambas estuvieron presentes en la demostración en busca de una reforma al sistema de inmigración y la justicia racial en Coleman Park, Nashville. Foto por Kathleen Barry, UMNS.

De modo que, al responder preguntas en cuanto a la justicia social, los anuncios deportivos o el comercio justo del café, percibimos una invitación a la justicia social en dichos asuntos, pero no se logra la justicia social. Porque alcanzamos la justicia social cuando una persona se junta con otra para asegurar el bienestar y la salud mutua. Ponerse al lado de otro ser humano no quiere decir necesariamente que somos invitados a una situación de comodidad. Más bien significa entrar en el sufrimiento de otra persona. No es posible experimentar un sentimiento común de justicia hasta que hayamos reconocido dónde ocurre la injusticia, hasta que hayamos reconocido dónde es que la desigualdad existe en base a raza, sexo, edad, orientación sexual, religión, nacionalidad, educación, estado legal, trasfondo económico y habilidad mental o física.

Debido a que la justicia social existe en el contexto de las relaciones humanas, implica que aquellas personas que tienen relaciones (todos nosotros) participan en cierto grado en la justicia social. Todos somos guerreros en la medida en que estamos dispuestos mantener una relación de amor con personas diferentes en términos de raza, sexo, edad, orientación sexual, religión, nacionalidad, educación, estado legal, trasfondo económico y habilidad mental o física. Citemos esto: Todos somos guerreros de la justicia social en un grado u otro.

Podremos debatir qué significa exactamente la justicia social. Pero si empezamos con relaciones de amor, entonces (como sugiere Boyle), la justicia social será una realidad, y nadie podrá debatir los beneficios que producirá para todos.

Jesús dijo: “Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso (Mt. 11:28 NVI). Aquí se nos invita y también invitamos. Cada uno debe considerar a las personas cuyas cargas buscamos aliviar. ¿A quién te sientes llamado a aliviar su carga? Si buscas una comunidad donde compartir relaciones, visita Find-a-Church.


Ryan Dunn es diácono ordenado en la Iglesia Metodista Unida y ministro de Online Engagement for Rethink Church con base en Nashville, Tenn. Visite rdunn at umcom.org

[Publicado 26 de septiembre 2018]

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