En nuestro viaje de fe, necesitamos compañeros confiables que nos ayudan a mantener el curso.
Juan Wesley, fundador del metodismo, sabía bien esta verdad.
En 1742, después de que Juan Wesley visitara las sociedades metodistas de Newcastle, concluyó que a la gente le faltaba la disciplina necesaria para crecer en santidad de corazón y vida. Se dio cuenta que les faltaba disciplina porque no tenían una regla que los guiara.
El tipo de “regla” que Wesley creó es como una brújula que ayuda a que los peregrinos lleguen a su destino por medio de mantenerlos en curso. Durante el camino, el viajante sigue la dirección de la brújula que le facilita el poder hacer los ajustes necesarios para asegurar que va en la dirección correcta.
Viajando juntos
En el prefacio a sus Reglas Generales, Juan Wesley describe las sociedades metodistas de esta manera:
“Tal sociedad no es más que una ‘compañía de personas que tiene la forma de la piedad y que busca el poder de la piedad, unidos ordenadamente para orar, recibir una palabra de exhortación y velar unos por otros en amor, a fin de ayudarse mutuamente a lograr su salvación’”.
Wesley creía que la vida cristiana era una peregrinación hacia la santidad de corazón y vida. Aunque es algo muy personal, el peregrino jamás viaja solo. El bautismo une a los cristianos a una comunidad centrada en la vida y misión de Jesucristo. Esta comunidad promete hacer todo lo que pueda para incrementar la fe creyente, confirmar su esperanza y perfeccionarlo en amor. Esta era la meta de las antiguas sociedades y clases metodistas.
El pacto del bautismo que aparece en The United Methodist Hymnal" (páginas 33-39) contiene tres promesas que la congregación le hace a los nuevos miembros. Estas promesas están fundadas en la tradición metodista de velar unos por otros en amor:
Con la ayuda de Dios, proclamaremos las buenas nuevas y viviremos según el ejemplo de Cristo.
Rodearemos a estas personas por una comunidad de amor y perdón, para que crezcan en su confianza en Dios y sean hallados fieles en su servicio a otros.
Oraremos por ellos pidiendo que sean verdaderos discípulos que caminan en la senda que lleva a la vida.
La congregación tiene la responsabilidad de ayudar a sus miembros a “lograr su salvación”.
Manteniendo el curso
Las Reglas Generales son las reglas de vida de la Iglesia Metodista Unida. Uno las puede encontrar en el Libro de Disciplina de la Iglesia Metodista Unida. Estas reglas nos entregan una guía simple y directa sobre cómo implementar la misión de “hacer discípulos de Jesucristo para la transformación del mundo”.
Las congregaciones metodistas unidas pueden adoptar estas reglas generales como reglas de vida. “Una regla de vida es un patrón de disciplinas espirituales que provee estructura y dirección para crecer en santidad… Fomenta los dones del Espíritu en la vida personal y en la comunidad humana, ayudándonos a transformarnos en las personas que Dios quiere que seamos” ("Soulfeast: An Invitation to the Christian Life," por Marjorie Thompson).
Una forma simple de enseñar nuestra regla de vida a la congregación es incorporarlas en el pacto bautismal. Hay una correlación directa entre las reglas y las tres preguntas del pacto bautismal:
¿Renuncias a las fuerzas espirituales de maldad, rechazas los poderes del mal de este mundo y te arrepientes de tus pecados?
¡Renuncio! Por medio de no hacer daño, de evitar todo tipo de mal, especialmente el mal que más se practica.
¿Aceptas la libertad y poder que Dios te entrega para resistir el mal, la injusticia y la opresión cualquiera sea la forma en que se presenten?
¡Acepto! Por medio de hacer el bien, de ser en toda manera posible misericordioso como tenga oportunidad, hacer el bien en toda forma posible y, hasta donde sea posible, a toda la gente, a sus cuerpos y almas.
Confiesas a Jesucristo como tu Salvador, pones toda tu confianza en su gracia y prometes servirle como tu Señor, unido a la iglesia que Cristo ha abierto a gente de todas las edades, naciones y razas?
¡Confieso! Por medio de practicar todas las ordenanzas de Dios, que son: la adoración pública de Dios, el ministerio de la palabra, la Santa Cena, la oración privada y familiar, el estudio de las Escrituras y el ayuno o abstinencia.
Según la gracia que te sea dada, ¿permanecerás como miembro fiel de la santa iglesia de Cristo y servirás como representante de Cristo en el mundo?
Daré testimonio de Jesucristo en el mundo y seguiré sus enseñanzas a través de actos de compasión, justicia, adoración y devoción bajo la guía del Espíritu Santo.
Encuentra a tus amigos en el viaje
Familiares, grupos pequeños, clases de escuela dominical, comités y coros pueden velar unos por otros en amor por medio de dedicar tiempo cuando se reúnen para compartir lo que han hecho o han dejado de hacer, a la luz del pacto bautismal y las Reglas Generales.
El Rev. Dr. Steven W. Manskar es pastor de la Iglesia Metodista Unida Trinity, en Grand Rapids, Michigan. También es autor de "Disciples Making Disciples: A Guide for Covenant Discipleship Groups and Class Leaders."
Persona de contacto: Joe Iovino, Miembro Director Comunicaciones.