Cuando Pat Ralls se inscribió para ser parte de un nuevo ministerio, no sabía que el ayudar a otros a transformarse, la transformaría a ella también.
A Ralls se le dio la tarea de investigar y planear una comunidad residencial para mujeres que se recobran del alcohol y la drogadicción. Healing Housing (casa de sanidad) es un ministerio de la Iglesia Metodista Unida de Brentwood, Tennessee. El ministerio se fundó en 2017 y es el único programa sin fines de lucro de este tipo en el Condado de Williamson.
“No sabía nada de la adicción, pero soy una persona que le gusta hacer cosas”, dice Ralls, añadiendo que se sintió impulsada a asistir a la primera reunión, una decisión que la llevó a más de dos años de reuniones semanales. Durante esos dos años, Ralls y otras personas localizaron dos propiedades para Healing Housing, y animaron a los miembros de la iglesia a que hicieran donaciones, no sólo de dinero, sino de muebles y accesorios para que funcionen.
“No estaba segura de por qué hacía esto, pero me sentí impulsada a hacerlo”, nos dice. “No sé qué habría sido aparte de Dios”.
Con un programa completamente operacional, el compromiso que Ralls tiene con Healing Housing abarca dirigir un estudio bíblico semanal, hacer las compras de supermercado, planificar las salidas de las residentes y organizar la recaudación de fondos.
“Tengo 64 años y he hecho muchas cosas, pero nada se compara a servir a estas damas”.
Pat Ralls (derecha) Saluda a una residente de Healing Housing. Ralls ha descubierto que su voluntariado en este programa de rehabilitación la ha transformado. Foto cortesía de Healing Housing.
En los hogares de Healing Housing, Ralls es llamada la “Sra. Pat”, palabras que son pronunciadas con mucho amor.
“La Sra. Pat haría cualquier cosa para ayudarnos, sin buscar nada en retorno”, dice Jennifer Young, residente de Healing Housing. “Lo hace porque se siente impulsada a ayudar a otros de la bondad de su corazón. Ella es un buen ejemplo de lo que uno puede llegar a ser, lo que una persona de fe puede ser. Mis ideas en cuanto a ser una persona de fe tenían que ver con ser egoísta, juzgar a otros y pensar que si tú no crees lo mismo que yo, estás equivocado”.
“Mi estadía aquí ha cambiado mis ideas de lo que es la iglesia, al ver el genuino altruismo de la gente de esta iglesia”, agrega Young. “Y la Sta. Pat es un ejemplo de amor”.
“Cuando veo a la Sra. Pat me llena de paz”, dice otra residente anónima. “Hay algo en ella que me hace sonreír y sentirme bien en mi interior”.
“Pat siempre ha hecho que nuestras mujeres sientan que son parte importante de la comunidad y que todos sufrimos algún tipo de quebrantamiento”, dice Tracey Levine, directora ejecutiva de Healing Housing. “Todos sabemos que Pat nos ama y que desea lo mejor para cada mujer que entra en este lugar”.
Ralls no siempre abrió las puertas para recibir a quienes Jesús abrazó, incluyendo a los quebrantadas, afligidas y marginadas.
“Mi familia me llamaba ‘Bookem, Danno’ (= Arréstalo, Danno)”, nos dice, refiriéndose al refrán que usaba el héroe del programa policial Hawaii Five-O. “Soy una persona muy franca. Las cosas para mí eran blanco y negro, sin tonos grises, pero fui transformada”.
Mientras que Ralls no se considera un símbolo de teología wesleyana, su trabajo en Healing Housing –y el efecto que esto ha tenido en su vida– ilustra una de las convicciones principales de Juan Wesley. Al hacer el bien –segundo punto de las Reglas Generales de Wesley– Ralls fue transformada por la gracia de Dios.
“Simplemente sigo a Dios”, dice Ralls con humildad.
El deseo de fundar Healing Housing empezó a causa de una tragedia familiar. Hace diez años, el hijo de Ralls murió en un accidente automovilístico porque el joven manejaba distraído, lo cual “abrió mi corazón”, dice Ralls.
Durante los últimos diez años, Ralls y su esposo han hablado a más de 50,000 personas acerca del peligro de manejar sin poner atención.
“Este accidente abrió mi corazón a otras causas que apasionan a la gente pero no tenían ese efecto en mí”, nos dice. “Las pasiones de la gente vienen de Dios. Esta es la razón de por qué estuve abierta a darme cuenta de lo que significa la adicción y cómo afecta a otros. Una vez que mi corazón fue abierto por la muerte de mi hijo, me di cuenta de que cuando el corazón ha sido capturado por Dios, uno debe seguir adelante”.
“Me puso más cerca de la humanidad”, nos dice.
Crystal Caviness trabaja en UMC.org, en Comunicaciones Metodistas Unidas. Contáctese por email o llame al 615-742-5138