Por Amanda M. Bachus
Todos poseemos dones y talentos pero, por lo general, no tenemos la menor idea de cuáles son. Cuántas veces he escuchado decir: "Pero no sé cuáles son mis dones". Por otro lado, evadimos participar en las actividades de la iglesia diciendo: "No creo que lo pueda hacer, nunca he trabajado en esa área" ó "me parece que no tengo el talento para realizarlo". Yo misma decía: "No tengo voz para cantar, así que no puedo ser parte del coro". Ahora confieso que puedo cantar hasta las notas más altas, inclusive aprendí a leer música.
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Somos los primeros en pensar que no se puede, sin siquiera imaginarnos que podríamos hacerlo. Tampoco intentamos dar el primer paso, ya sea sirviendo como voluntario/a o formando parte de una junta de padres de familia, de un comité o del concilio de la iglesia.
Yo misma decía: "No tengo voz para cantar, así que no puedo ser parte del coro". Ahora confieso que puedo cantar hasta las notas más altas.A muchos jóvenes se les hace casi imposible compartir que no se atreven; no porque no tengan dones, sino porque simplemente tienen miedo y no saben de sus propios talentos. ¡Pero de eso se trata! Todos tenemos debilidades y tenemos fortalezas. Solo que no lo mencionamos por temor a lo que puedan pensar de nosotros. Decimos "¿qué va a decir la gente, si me sale mal?" Entones preferimos no hacer nada, antes de arriesgar pasar un mal momento.
Esto es precisamente lo opuesto a lo que Dios quiere para nuestras vidas. Todos hemos recibido dones espirituales que debemos descubrir y utilizar. Debemos usarlos en el hogar, la escuela y la iglesia. Si necesitamos ayuda para descubrir o pulir nuestros dones, para eso están nuestros padres, pastores y líderes, quienes deben guiarnos a descubrir los dones que Dios nos ha otorgado.
Si en tu hogar te gusta organizar y mantener todo en orden, puede que seas bueno/a organizando eventos o tal vez en el trabajo de oficina de la iglesia. ¿No te asustan los números? Entonces puede que seas de mucha ayuda con las finanzas de la iglesia. ¿Se te hace fácil orar en voz alta? Podrías interceder por otra persona públicamente. Si eres una persona que sabe consolar, tal vez puedas apoyar a personas que tienen dificultades. Si tienes talento musical y te gusta cantar, entonces puedes organizar un grupo musical o unirte al coro de tu iglesia. Sabes tejer, cocer, pintar, entonces organiza un grupo de costura, artes o manualidades. Tal vez te guste leer la Biblia y se te hace fácil contar historias bíblicas, en este caso es posible que tengas el don de enseñanza o predicación.
Dios nos ha regalado muchos talentos, conocidos como dones espirituales. Espero que aprendas a reconocerlos y usarlos para beneficio de tu familia, iglesia y comunidad. Mientras tanto, recuerda el nacimiento de aquel bebé poseedor de todos los dones del Espíritu que fue enviado a enseñarnos el don más precioso de todos los dones, el don del amor de Dios. Espero que Jesús sea una realidad palpable en tu vida en esta Navidad.
--Amanda M. Bachus,abachus@umcom.org
el Intérprete, noviembre-diciembre, 2011