Parte 3 de una serie de tres artículos sobre la formación de discípulos ayer y hoy. (Parte 1 | Parte 2)
La misión de La Iglesia Metodista Unida es “hacer discípulos de Jesucristo para la transformación del mundo. Las iglesias locales brindan el entorno más importante en el que ocurre esta acción de formar discípulos” (Libro de Disciplina 2012, ¶120). Este enfoque en la formación de discípulos influyó en el primer movimiento metodista y sigue transformando nuestros ministerios hoy en día.
Recursos de la iglesia
Ministerios de Discipulado ha publicado una serie de libros para ayudar a las iglesias a renovar la tradición de los líderes de clase y las clases para adaptarlas a la actualidad.
Una serie de libros sobre el Pacto de Discipulado con niños, jóvenes y adultos está disponible en Recursos de Discipulado. Ilustración fotográfica por Joe Iovino, Comisión Metodista Unida de Comunicaciones.
El Rdo. Steven Manskar es director de Liderazgo Wesleyano en Ministerios de Discipulado de La Iglesia Metodista Unida y autor de Disciples Making Disciples: A Guide for Covenant Discipleship Groups and Class Leaders (Discípulos haciendo discípulos: Guía para grupos de Pacto de Discipulado y líderes de clase). En un episodio del 2016 del podcast Get Your Spirit in Shape (Pon tu espíritu en forma) de UMC.org, Manskar describió los Grupos de Pacto de Discipulado de como “una forma para que cualquiera que esté listo para rendir cuentas de su discipulado se reúna una hora a la semana para hablar de cómo han vivido como discípulos de Jesucristo.”
En las juntas iniciales, el grupo de seis o siete adultos escribe un pacto moldeado por El Reglamento General de Discipulado. Los miembros del grupo aceptan las cláusulas que describen las prácticas específicas en cada una de las cuatro áreas de justicia, compasión, adoración y devoción. Estas sirven como un medio para vivir el Reglamento General en sus vidas cotidianas (ver la parte 2 de este artículo).
En las reuniones semanales del grupo, los miembros se turnan para contar qué han hecho y qué no han hecho respecto a cada una de las cláusulas. Por ejemplo, un Grupo de Pacto de Discipulado de podría acordar que una de sus cláusulas de justicia sea alzar la voz por las personas sin hogar en su área. Un miembro entonces podría reportar que cuando una conversación en su oficina abordó el “problema” de los pobres, se mantuvo en silencio o compartió su creencia de que Jesús nos llamó para cuidar de los pobres entre nosotros con dignidad y respeto.
Con esta práctica de rendir cuentas de nuestro discipulado cada semana, nos ayudamos mutuamente a alcanzar la santidad de vida y corazón, y forma discípulos que hacen discípulos. Los grupos de Pacto de Discipulado proporcionan los líderes de discipulado que las congregaciones necesitan para la misión de hacer discípulos de Jesucristo para transformar al mundo.
Con ciertas adaptaciones, los Grupos de Pacto de Discipulado de también representan una excelente oportunidad para los niños y los jóvenes.
El Rdo. Steve Manskar (der.) y el Rdo. Phil Meadows fueron dos de los maestros en el Peregrinaje Wesley 2016 en Inglaterra. Foto por Kathleen Barry, Comisión Metodista Unida de Comunicaciones.
Melanie C. Gordon es directora del Ministerio con Niños de Ministerios de Discipulado. Con Susan Groseclose y Gayle Quay, escribió Growing Everyday Disciples: Covenant Discipleship with Children (Educando discípulos para el día a día: Pacto de Discipulado con niños).
“Los grupos infantiles de Pacto de Discipulado de son eficaces para niños de entre tercero y sexto de primaria”, de unos 8 a 12 años, reporta Gordon.
Ellos también escriben juntos un pacto, lo cual puede ser una tarea difícil. El libro de Gordon ofrece consejos sobre “cómo hacer esto sin que se te pongan los pelos de punta”, dice con una carcajada.
En sus reuniones, los niños “tienen un tiempo para cantar y orar al principio cuando se juntan”, añade Gordon. Luego tienen “lo que llamamos ‘momento de compasión’: un tiempo para hablar de cómo mostraron o no mostraron compasión en la última semana”. También hablan de sus experiencias con la adoración y la devoción.
“La parte de la justicia inicia cuando alguien viene a hablarles de lo que sucede en su comunidad o cuando, como grupo, salen y hacen algo para alzar la voz por quienes no pueden hacerse escuchar.”
Por medio de los grupos, los niños “aprenden formas de estar en relación con Dios y con los demás”, explica Gordon.”
Chris Wilterdink, director de Desarrollo de Programas para Ministerios Juveniles de EU, de Ministerios de Discipulado, y autor de Everyday Disciples: Covenant Discipleship with Youth (Discípulos en el día a día: Pacto de Discipulado con jóvenes), ve un valor similar en el Pacto de Discipulado con adolescentes y adultos jóvenes.
“El Pacto de Discipulado con jóvenes implica reunir grupos pequeños de jóvenes a los que les gustaría vivir el mismo compromiso y estén dispuestos a reunirse y estar en contacto con regularidad”, explica Wilterdink. Con los jóvenes, ese “contacto” puede darse en línea a través de redes sociales, apps de mensajería y otros medios que los jóvenes utilizan para comunicarse entre sí.
Con la orientación de adultos atentos, los jóvenes aprenden a permanecer enfocados en el pacto que escriben juntos, y se hacen responsables amorosamente del crecimiento espiritual los unos de los otros.
Wilterdink afirma que pasar juntos este tiempo de calidad “realmente puede derribar algunas de las barreras naturales” que los jóvenes padecen en otras áreas de sus vidas.
Otro beneficio que Wilterdink ve para los jóvenes es que “el Pacto de Discipulado realmente simplifica el amor a Dios y el amor al prójimo en ideas muy específicas de qué podemos hacer”. En cuanto a su desarrollo, los jóvenes evalúan qué van a tomar de su infancia para llevarlo a la etapa adulta.
“Tener esas conversaciones mientras se llevan a cabo acciones relacionadas con el desarrollo de la fe es un testamento muy poderoso, y lo haces de forma cotidiana”, explica
Gil Hanke, alto ejecutivo de personal de Hombres Metodistas Unidos, usa tecnología computacional para conectarse con uno de sus pequeños grupos semanales. Foto por Kathleen Barry, Comisión Metodista Unida de Comunicaciones.
Para beneficio de todos
Convertirse en discípulos cotidianos que buscan la santidad de vida y corazón, que anhelan que el amor universal de Dios llene nuestros corazones y rija nuestras vidas, fue la meta histórica del movimiento metodista y sigue siendo el objetivo de los metodistas unidos hoy.
Igual que en muchos otros aspectos de la vida, sabemos que crecemos mejor cuando compartimos la travesía con otros que comparten las mismas metas. Wesley formó Sociedades y Clases para ayudar a los primeros metodistas a vivir como discípulos de Jesucristo. Hoy, los Grupos de Pacto de Discipulado ayudan a formar a los líderes de discipulado que nuestras congregaciones necesitan en su misión de preparar a los miembros para unirse a Cristo y su misión en el mundo.
Toda esta formación sucede como parte de un grupo, así que, no solo somos receptores de santidad, también estamos ayudando a otros a amar a Dios con todo su corazón, alma y mente, y a amar a quienes Dios ama, así como Él los ama a ellos.
Juntos le tendemos la mano en amor y servicio al mundo. Juntos ayudamos a la iglesia a cumplir su misión en el mundo. Juntos adoramos y celebramos los sacramentos. Juntos somos transformados en discípulos de Jesucristo que participan en la obra de Dios de transformar al mundo.
Conoce más sobre los Grupos de Pacto de Discipulado y la oficina del Líder de Clase en Ministerios de Discipulado.
Nota del editor: Este artículo se publicó originalmente el 9 de octubre del 2016.
*Joe Iovino trabaja para UMC.org en Comunicaciones Metodistas Unidas. Puedes contactarlo vía correo electrónico o en el 615-312-3733.