No eres lo suficientemente fuerte.
Eres anormal.
Nadie lo entenderá.
No puedes hacer cambios.
No es para ti.
He escuchado esas voces en mi cabeza. Nuestros superhéroes favoritos han experimentado lo mismo. Estas son las voces del crítico interior. Parece que el crítico que llevamos dentro quiere que la mejor versión de nuestros superhéroes favoritos se quede en secreto, escondida bajo la apariencia de un álter ego con buenos modales. Es este tipo de conflictos internos lo que hizo que los personajes de Stan Lee fuesen tan atrayentes para nosotros. Nos encanta leer las hazañas de estos personajes porque nos identificamos con sus dudas y debilidades. Al vencer sus luchas internas nos dan esperanza de que nosotros también lo podremos hacer.
Me gustaría ser un superhéroe. Sueño con ser el tipo de persona que se sumerge en situaciones de peligro para lograr seguridad y bienestar. Apuesto que a todos nos gustaría ser ese tipo de persona –la persona que ayuda a amigos y amigas en problemas y que hace que el mundo sea un lugar mejor.
Pero muy dentro de mí tengo dudas de si realmente soy capaz de hacer este tipo de cosas… la voz del crítico interior me repite: Soy un desastre. No hay nada espectacular en mí. No tengo la naturaleza de un superhéroe.
Así eran los personajes que Stan Lee creó. Contó historias acerca de superhéroes que luchaban con la duda y la neurosis. Todos sus personajes –el hombre araña, el Hulk y Panther– luchaban con ese crítico interior que les decía que eran un desastre, que eran demasiado débiles y anormales para llegar a ser una fuerza para el bien en el mundo. A veces la voz del crítico interno encuentra un eco en la gente que rodeaba a los personajes de Lee, como los mutantes de la película X-Men. Tenemos la tendencia de oír el eco del crítico interior que viene desde afuera.
Stan Lee provino de una familia pobre pero llegó a ser una de las figuras más influyentes de la industria del entretenimiento. Nació en Manhattan el año 1922. Fue el hijo de inmigrantes de Romania que no siempre pudieron encontrar trabajo. Stan empezó a trabajar en revistas cómicas en 1939 ganando $8.00 a la semana. Logró empleo como redactor de la compañía que llegó a ser Marvel, usando varios seudónimos para dar la impresión de que Marvel tenía varios empleados y escritores. Durante la década de 1960, los personajes que creó y co-creó se hicieron muy populares. Gran parte del atractivo de sus superhéroes era que la gente podía identificarse con las inseguridades y neurosis de los personajes.
Más adelante, Stan Lee se hizo famoso por hacer películas que describían el carácter de alguna persona. En uno de estos perfiles –como en una escena de Mallrats, de 1995– Stan admitió que sus personajes eran un reflejo de sí mismo. Aunque la escena fue modificada para que se ajustase a la historia de la película –así que no reflejaba con precisión la realidad– Stan declaró dicho perfil como su favorito. Los pensamientos que comunicaba dicho perfil revelaban algunos de los sentimientos de Stan. El perfil describe cómo el carácter del Hulk reflejaba sus propios sentimientos de inestabilidad emocional. Mientras que el Dr. Doom personificaba su deseo de esconder su verdadero yo detrás de un exterior duro. Muchos de nosotros pueden identificarse con estos sentimientos. ¿Quién no ha escondido parte de su personalidad por temor a ser rechazado?
Una vez escuché decir que nuestro mayor miedo es que nos conozcan completamente y nos rechacen. A fin de protegernos, no dejamos que algunas partes de nosotros sean conocidas. Este es un conflicto que fácilmente se puede ver en los personajes de Stan Lee. Tienen miedo de revelar su verdadero yo pero ansían poder hacerlo. Lo más inspirador de la obra de Stan Lee es que una vez que el carácter de sus personajes son conocidos completamente vienen a ser algo que merece celebrarse. Sus personajes revelan nuestro más profundo deseo de ser conocidos por completo y ser celebrados por ello.
Aunque Stan profesaba cierto agnosticismo en cuanto a la religión, su mensaje para empoderar a la gente hace eco de algunas creencias cristianas básicas –particularmente las que encontramos en el Sermón del Monte. En Mateo 5:14-16, Jesús se dirige a aquellos que estaban al fondo del sistema socio económico. Con todo, su mensaje es tremendamente empoderado, pues le dice a la multitud “ustedes son la luz del mundo… que su luz brille delante de los demás, para que vean sus buenas obras y den gloria a su Padre que está en el cielo”.
El poder del mensaje de Jesús radica en que nos invita a ser vistos. Quizá no seamos perfectos pero somos la luz del mundo. Por medio de vencer nuestras dudas e inseguridades permitimos que se narre una historia mejor, y es así como inspiramos a otros. Las historias que Stan Lee creó nos recuerdan de este mensaje empoderado con el cual nos identificamos.
Stan Lee realmente nos ayuda a ver que no sólo los superhéroes tienen un lado humano, lleno de inseguridad y neurosis… sino que todos los que vivimos con dudas y neurosis o que tratamos de esconder parte de lo que somos también podemos llegar a ser héroes.
Ryan Dunn vive en Nashville, Tennessee, con su familia. Es diácono de la Iglesia Metodista Unida.