“La experiencia de tu vida es importante. Tus pensamientos son importantes…”
¿No es lindo oír estos sentimientos?
Recuerdo haber escuchado estas palabras cuando tenía 13 años. El impacto de estos pensamientos fue tal que sentaron el camino por el cual todavía sigo el día de hoy.
¿Por qué crees lo que crees?
Para muchos adolescentes metodistas unidos, la experiencia vital em la formación de su fe ocurre a través del proceso de la confirmación, la cual es distinta en cada iglesia. Pero generalmente se trata de una serie de clases para explorar los puntos básicos de la fe y la membresía en la iglesia.
Poco recuerdo de mi propia experiencia de confirmación a los 13 años, pero me acuerdo de que en la clase hablamos de un extraño cuadrilátero. La geometría no era un ingrediente importante de nuestra formación en la fe. Pero en la clase se nos mostró un cuadrado dibujado con tiza en una pizarra. Se nos dijo que este cuadrado jugaba un papel vital en cómo crecemos en la fe. Se nos dijo que cada esquina del cuadrado representaba algo importante. Y entonces fueron pronunciadas las palabras mágicas que significaron mucho para este adolescente de 13 años: “La experiencia de tu vida es importante. Tus pensamientos son importantes…”
Me hice cristiano por la influencia de mis padres y la iglesia. Pero me convertí en un metodista unido bajo la influencia de un cuadrado que mis consejeros llamaban el “cuadrilátero wesleyano”.
Cuatro guías teológicas
Lo que aprendí de ese cuadrado que había sido dibujado en la pizarra fue que nuestra fe está formada por cuatro componentes claves:
En su infancia la fe se inclina al dogmatismo. Al menos, hasta ese punto en mi vida, la fe sonaba como algo dogmático. Se me decía lo que tenía que creer, y yo lo creía. Había un sentido de “así es como la fe ha sido siempre y, por tanto, así es como la fe será para ti”. Pero el cuadrilátero me introdujo a un sentido de individualidad en la experiencia de la fe. El cuadrilátero me enseñó que la razón y la experiencia jugaban un papel importante en el entendimiento de la fe, lo cual significó que mi participación jugaba un papel en lo que la fe era y es para mí. Esa fue una magnífica noticia para un joven de 13 años que, por lo general, sentía que tenía mucha experiencia en la vida y que poseía una razón excepcional, aunque parecía que nadie más quería reconocerlo. Honestamente, 30 años más tarde, estas guías teológicas todavía me entusiasman.
El verme como un agente activo en la fe fue algo conmovedor, pero también era todo un desafío. Ahora debía pensar por mí mismo acerca de mi fe. Si soy una persona dotada de razón, entonces debía estar preparada para responder por qué creo lo que creo. Tengo que encontrar en mi vida evidencia que apoya mi entendimiento. Se trata de un trabajo duro.
Fue y todavía es una ardua labor tener que reconciliar mi fe con mi experiencia. Pero vale la pena cuando encontramos evidencia de la acción de Dios en nuestras vidas.
¿De dónde viene el cuadrilátero wesleyano?
Habiendo sido presentado como el “cuadrilátero wesleyano”, parecía como un instrumento venido de uno de los fundadores del metodismo, Juan Wesley. Quizá era algo se nos transmitió como un deber metodista, así como se nos ha dicho que tenemos que decir perdónanos nuestras “deudas” en lugar de “ofensas”, o beber jugo de uva en lugar de vino en la Santa Cena.
Pero ninguna de esas cosas es cierta. La verdad es que el primero en hablar sobre el cuadrilátero fue el teólogo metodista unidos Albert Outler.
Hal Knight, profesor metodista unido en St. Paul School of Theology, nos ilumina diciendo: “Outler argumentó que Wesley tomó el elemento de la experiencia de la tradición pietista y lo añadió a la triple autoridad que encontramos en la tradición anglicana: Escritura, tradición y razón… El cuadrilátero ha llegado a ser popular incluso en círculos no wesleyanos como una lista útil de autoridades teológicas, aunque por sí mismo es todavía solo una lista”.
La Escritura ocupa el primer lugar
Knight ha afirma que es importante tener en cuenta que el cuadrilátero tiene un forma extraña. Realmente no se trata de un cuadrado o rectángulo. Los lados no son iguales.
El concepto “fue atacado porque algunos lo usaban para relativizar la autoridad de la Escritura (lo que Wesley jamás habría hecho), usando la tradición y la experiencia en maneras extrañas a Wesley”, nos dice. “Pero todavía es útil para muchos como un bosquejo de autoridad, en tanto que reconozcamos a la Escritura como la autoridad principal y las otras tres como fuentes que ayudan a interpretar y complementar las Escrituras”.
Esto sugiere que el fundamento del cuadrilátero es la Escritura, mientras que los otros tres son elementos que se apoyan sobre el fundamento más amplio de la Biblia. Es importante notar que el cuadrilátero es tanto un instrumento de formación como de revelación. Las pautas identifican las maneras en que Dios se nos revela: ante todo a través de la Escritura, pero sin excluir nuestra tradición de fe, nuestra experiencia y nuestra razón.
La teología de Juan Wesley fue profundamente afectada por la experiencia. Wesley gastó mucho tiempo de su carreta ministerial luchando con dudas. No fue sino hasta que experimentó un profundo sentido del perdón de Dios que Wesley logró entender la gracia de Dios —a pesar de que anteriormente había leído mucho la Biblia y escuchado muchos sermones sobre el tema. Fue a través de su experiencia personal que Wesley entendió el tremendo amor de Dios. Su experiencia hizo del amor de Dios algo real.
La experiencia de Juan Wesley fue importante como clave para entender.
¿Qué experiencias han formado la forma en que usted entiende a Dios? En mi caso, no puedo más que remontarme 30 años atrás cuando en la iglesia escuché palabras que sugerían que yo importaba. Esas palabras me trajeron un sentido de valor. Me sentí visto y oído. Se me invitó a participar en la fe. Experimenté una invitación a relacionarme con Dios, y eso fue lo que formó mi vida en todos los años siguientes.
Ryan Dunn, es ministro de involucramiento por la web de Rethink Church, que opera desde Comunicaciones Metodistas Unidas, Nashville, Tennessee. Ryan es un diácono ordenado en la Conferencia de Carolina del Norte de la Iglesia Metodista Unida. Contáctese por email.