Ya empezó: las publicaciones de Facebook alegan que empezó la guerra contra la Navidad.
Esta es la temporada en la que los cristianos reclaman que son perseguidos porque no escuchan la expresión “Feliz Navidad”, mientras que a la vez alimentan el monstruo del consumismo porque la Navidad consiste en comprar regalos de cumpleaños para nosotros mismos (en el nombre de Jesús, por supuesto).
Me pregunto cuán rápido haríamos una tormenta en un vaso de agua si no nos saltáramos el Adviento centrándonos de inmediato en la Navidad. El Adviento es una temporada de preparación distinta a la Navidad. Me parece que el 1 de diciembre simplemente pasamos directo a la Navidad y, por tanto, nos perdemos el camino hacia la Navidad.
Recuerdo el notable programa de televisión Watchmen, en HBO. Me acuerdo que en diciembre del año pasado solo quedaba el último episodio de la primera temporada y la crisis del drama se incrementaba. El suspenso me tenía tenso. Quería saber qué pasaría. Hablaba a mis amigos acerca del programa, leía artículos en TheRinger.com o Slashfilms.com pero evitaba revelaciones de lo que vendría. Sentía que no podía esperar a ver el final. Pero mi actitud habría sido muy diferente si hubiera sabido cómo terminaría antes de ver el final.
Cuidado, estoy por revelar algo que arruinará una película lanzada 25 años atrás:
Imagínese que por primera vez va a ver la película The Usual Suspects (= los sospechosos de siempre), sabiendo de antemano que Verbal Kint es Keyser Söze. La película no sería tan buena. Quizá usted se entretendría de alguna manera mientras ve la película pues ya sabe cómo termina la historia.
Las mejores películas (o libros, historias) van acumulando la tensión hasta que al final se desata la resolución. Es por esto que nos enojamos cuando alguien arruina una película diciéndonos cómo termina.
Quizá nos estamos enojando por cosas triviales (en mi opinión) cuando nos dicen “felices fiestas” en lugar de “feliz Navidad”. No nos damos tiempo para reflexionar en la temporada de Adviento.
Nos saltamos a las canciones de Navidad y comidas de Navidad y películas de Navidad, y esperamos el servicio del día anterior a la Navidad. Lo que esperamos con anticipación no es el nacimiento de Cristo sino el abrir nuestros regalos la mañana de Navidad.
Se supone que el Adviento nos prepara para la Navidad. Adviento es un tiempo de reflexión, un tiempo para reconocer la tensión entre lo que es (no tan bueno) y lo que vendrá (lo bueno). Mariah Carey lo canta en forma maravillosa: “long lay the world in sin and error pining, till he appeared and the soul felt its worth” (= Por mucho tiempo el mundo ha estado en el pecado y el error suspirando, hasta que él apareció y el alma sintió su valor).
El Adviento nos da la oportunidad de prepararnos para lo que viene. Cuando mi esposa y yo hacíamos trámites para ayudar a criar a un niño (foster parents), había muchas cosas que tuvimos que hacer. Recibimos consejería, entrenamiento. Pasamos por un examen mental, preparamos la casa para que cumpliese los requisitos del condado. Nos preparábamos para recibir a un niño que viviría con nosotros.
No fue fácil. Hubo momentos en que no estábamos seguros de si lo haríamos; momentos en que no estábamos seguros de si seríamos buenos padres; momentos molestos al tener que poner la casa de acuerdo a las regulaciones, ¡como tener un teléfono alámbrico! Tuvimos momentos de ansiedad y angustia. Pero debajo de todas estas emociones yacía la esperanza y la anticipación que nos movía hacia adelante pensando en lo que podría ser.
El Adviento es muy importante para la vida cristiana.
Es un tiempo de introspección; tiempo de reflexión; tiempo para hacerse preguntas y meditar; tiempo de oración y preparación; tiempo de anticipación y esperanza.
En lugar de acusar y levantar la voz a través de los medios sociales para reclamar que la gente está sacando a Cristo de la Navidad, el Adviento es un tiempo para prepararnos para la venida de Cristo.
¿Cómo se está preparando usted para la venida de Cristo en este tiempo de Adviento?
Joseph Yoo se mudó de la costa oeste para vivir feliz en Houston, Texas, con su esposa e hijo. Sirve en Mosaic Church, Houston. Visite josephyoo.com.