Sin exagerar en lo más mínimo, Angie* dice que la tutoría ha cambiado su vida.
Esta joven, que ahora cursa el segundo año en Texas A&M University, en College Station, afirma que la confianza en sí misma y su éxito lo debe a lo que aprendió en cuanto a cómo navegar la escuela y la vida en sus 10 años que participó en el ministerio de tutoría de la Primera Iglesia Metodista de Fort Worth, Texas.
¡Ahora Angie es estudiante universitaria!
Angie (derecha) afirma que la confianza en sí misma para lograr sus metas la obtuvo de la tutoría. Ella y su amiga (izquierda) aparecen en la foto en un juego de futbol de Texas A&M University en College Station, donde Angie obtuvo una beca para cursar estudios. Foto cortesía de Gay Ingram.
“Creo que la mentoría hizo que Angie se sintiera querida. Sabía que cuando yo iba a su escuela estaba allí para ayudarla”, recuerda Karen Hunt, miembro de la Primera Iglesia Metodista de Fort Worth y tutora de Angie en la escuela primaria. Pero añade que no sólo la niña se beneficiaba de la relación. “Angie me dio esperanza en mi habilidad para producir cambios en la comunidad. Me di cuenta cómo un pequeño gesto de mi parte podía producir un gran cambio en su vida”.
Durante los últimos 15 años, el ministerio Tutoría de Esperanza para los Niños de la Primera Iglesia Metodista Unida de Fort Worth ha trabajado con estudiantes de las escuelas primarias del vecindario. El lema del ministerio es “un niño o niña, una hora, una iglesia, una escuela a la vez”. El último año, se inscribieron más de 60 miembros de la iglesia. A lo largo de todo el ministerio, un promedio del 95 por ciento de los voluntarios se comprometió más de un año, dice Gay Ingram, director de Esperanza para los Niños.
No hay un niño que no se beneficia de tener un tutor”, dice Ingram, educador y director de escuela jubilado. “Pero es una calle de doble sentido. Si usted llamara a nuestros voluntarios y les preguntara cómo se sienten, estoy seguro que el 99 por ciento le diría que ellos reciben más de la experiencia que los niños. Realmente sienten que es así”.
Hunt afirma que la tutoría fue una forma de vivir su fe “por medio de un compromiso desinteresado con una niña”, una acción que produjo muchas recompensas. “Es maravilloso ver la transformación que se produce cuando uno gasta una hora a la semana con un estudiante”.
Hace poco Angie escribió una carta a la iglesia y a los voluntarios de Esperanza para los Niños, diciendo: “Esperanza para los Niños realmente me formó y ayudó a llegar a ser la persona que soy hoy día. La Sra. Karen definitivamente cambió mi vida”. También agradece a su mentora de la escuela secundaria, la Sra. Paula, porque le ayudó a “confiar y creer en mí… para que puede lograr cualquier cosa en la vida”.
La tutoría consiste en preocuparse por los niños
“Este ministerio es simplemente preocuparse por los vecinos, preocuparse por el bienestar y educación de los niños, es servir como una ejemplo cristiano a aquellos con los cuales entramos en contacto”, explica Ingram.
Claro que hay parámetros. “No mencionamos nuestra fe, no oramos con los niños, ni leemos la Biblia o hablamos de cualquier cosa religiosa”, nos dice. “Sólo tratamos de ser las manos y pies de Jesús siendo un ejemplo.
Pero no nos equivoquemos, el ministerios Esperanza para los Niños es un programa basado en la fe. Cada mentor tiene una persona compañera de oración, el grupo Mujeres Metodistas Unidas de la iglesia y la Escuela Dominical donan artículos, tales como suministros de escuela. Este verano el fondo de Esperanza para los Niños compró alimentos para las familias de los niños. En el pasado, los niños fueron invitados a una Escuela Bíblica de Vacaciones y a eventos extracurriculares, como una fiesta de Navidad, que se llevaron a cabo en la iglesia.
El programa de la Primera Iglesia Metodista de Fort Worth está organizado de acuerdo a organización nacional del mismo nombre. Ingram habla de Esperanza para los Niños con entusiasmo, pero subraya que el éxito del programa no tiene tanto que ver con afiliación a una organización específica sino con los miembros de la iglesia que participan.
Queremos invitarlos a unirse a las celebraciones #IGiveUMC que están programadas para todo el año. Es una campaña para levantar fondos en su iglesia local. La idea de estas donaciones se centra en los maestros y educadores. Si algún maestro o maestra fue de inspiración en su vida, considere mostrar su aprecio haciendo una donación en su honor en una iglesia local metodista unida. El dinero #IGiveUMC que se reúna quedará en la iglesia local para apoyar los ministerios.
Ingram está convencido que “son los voluntarios que sirven a estos niños los que marcan una diferencia. La tutoría consiste en ser un amigo o amiga fiel para un niño que necesita apoyo extra y que necesita ser animado y edificado. Pero no somos consejeros o psicólogos. No podemos solucionar sus problemas o sus preocupaciones pero podemos iluminar su día para ser un buen ejemplo, y podemos ayudarlos a tomar buenas decisiones”.
El Ministerio de Tutoría del Campus de la Iglesia Metodista Unida College Avenue también considera que es importante distinguir entre un consejero y un mentor. La iglesia está ubicada a dos cuadras de Ball State University en Muncie, Indiana, así que el ministerio se centra en asuntos de vocación y fe. El ministerio empezó cinco años atrás, gracias a una donación de la Fundación Lilly. La iglesia conecta a los estudiantes con miembros de la iglesia cuyas carreras tienen que ver con los estudios que siguen los estudiantes.
La intersección entre la fe y el trabajo
“Nuestro ministerio no es el decirle a los estudiantes qué deben hacer”, dice Chris Mahon, ministro intergeneracional de la Iglesia Metodista Unida College Avenue. “Caminamos junto a ellos. Les ofrecemos nuestra experiencia y fe”.
Rachel Shockney estudia en Ball State University. Discutió con su tutor, John Ledbetter, cómo sería incorporar su fe en su futura carrera de negocios.
“Me explicó que cuando uno está en persona con un cliente, esa es la oportunidad de mostrar la fe”, nos comparte. Añade que también discutieron la importancia de tomar tiempo para la oración personal y otras prácticas de fe.
“El propósito de este programa es facilitar que Rachel crezca en la fe”, dice Ledbetter, profesor asociado de contaduría en Ball State University y miembro de la Iglesia Metodista Unida College Avenue. Su papel como tutor, nos dice, no es enseñar o dar todas las respuestas. “Estoy aquí para facilitar, para ser un recurso, especialmente en cuanto a la fe”.
“Hablamos mucho sobre la vida”, agrega.
Crystal Caviness trabaja para UMC.org en Comunicaciones Metodistas Unidas. Contáctese con ella escribiendo un email o llamando al 615-742-5138.
* No se revelan los apellidos de los estudiantes.