Traducir página

Cómo salir del estancamiento

¿Has estado alguna vez en una situación en la que te sientes paralizado mentalmente? ¿Te has sentido como si tu automóvil estuviera estancado en un charco del que no puedes salir?

Muchas veces me he sentido estancada. Empleo insatisfactorio, una relación difícil, malas costumbres. En casi todo aspecto de mi vida ha habido un tiempo en que me sentí paralizada. Una vez, una amiga me dijo: “el estancamiento es como una tumba sin fin”. Esto suena bastante mórbido, como un lugar sin esperanza. Pero a diferencia de la tumba, es posible vencer el estancamiento.

Liberarse de un hábito quizá no sea tan fácil como llamar a un camión de remolque para que saque nuestro vehículo del lodo, pero tampoco es imposible. A continuación algunas ideas para ayudarte a romper con esos sentimientos que te paralizan o detienen.

¿Cómo liberarse del estancamiento mental?

Primero, lo que nos decimos a nosotros mismos es importante. Todo ser humano habla consigo mismo. Quizá no lo hagamos en voz alta pero nos damos mensajes acerca de nosotros. Si nos decimos que estamos estancados y que no hay salida, es probable que esto resulte en quedar atascados. ¿Por qué? Porque nuestra propia voz es una voz que le da órdenes a nuestro subconsciente, y todos tenemos la tendencia de vivir la imagen que creamos.

En lugar de ceder a estos pensamientos que nos regañan, preguntemos: ¿qué afirmaciones honestas podemos decirnos para animarnos? Primero, ayuda mucho hacer una evaluación realista de la situación. Supongamos que estamos en un trabajo que no nos satisface, pero carecemos del entrenamiento, habilidades o experiencia para buscar otra carrera que nos gusta. Hablando con nosotros mismos, podríamos decirnos: “No tengo por qué claudicar o abandonar mi sueño. Puedo conseguir entrenamiento en el campo que me apasiona”.

Notemos que no estamos exagerando o entregándonos un falso sentido positivo, porque si no creemos lo que decimos, no servirá de nada. Y si darnos apoyo parece extraño o incómodo, pensemos en lo que le diríamos a una amiga en la misma situación y tratémonos con el mismo respeto. Este es el momento de recordar lo que Pablo dijo en Efesios 4:29, “No salga de sus bocas ninguna palabra ofensiva, sino solo palabras buenas que ayuden a crecer a quien lo necesite y agraden a quien las escucha” (Ef. 4:29, Biblia de Nuestro Pueblo).

Lo que hacemos es importante

Cuando nos sentimos estancados mentalmente, es fácil quedarnos allí. ¿Por qué? Porque seguimos haciendo lo mismo. Para liberarnos de un mal hábito debemos hacer algo que cambie nuestra perspectiva y situación. Debemos hacer algo nuevo, algo diferente que aborde nuestro estancamiento. Por ejemplo, si hay alguna habilidad que debemos aprender, digamos fotografía, podríamos empezar de a poco tomando por lo menos una foto al día. Si tenemos los mismos problemas, una y otra vez, en nuestra relación con alguien, podríamos leer un artículo o libro que enseñe prácticas que mejoran las relaciones. Si tenemos un mal hábito que queremos superar, podríamos tomar una clase o unirnos a un grupo de apoyo para vencer el problema.

Revolcarnos en nuestro dolor no ayuda a salir del estancamiento. Debemos hacer algo. A menudo, esto significa pedir ayuda. Lo que nos lleva a otro principio importante.

Para lograr cambios todo depende a quién recurrimos

Aunque con frecuencia nos sentimos solos, no estamos solos. Hemos sido creados por Dios quien nos ama, está con nosotros y nos ha creado con un fin. Esto incluye colocar pasiones en nuestro corazón que nos deleitarán a nosotros y a Dios, cuando seguimos estas pasiones y cumplimos nuestra razón de ser. Cuando estamos estancados, compartámosle a Dios nuestros deseos, nuestros temores, frustraciones y desilusiones. Confiemos que Dios proveerá de ayuda cuando le compartimos esa emoción de sentirnos estancados.

Quizá haya una amiga que venció una situación similar que pueda ofrecerte ánimo. Si te fías de una persona en la confías, esto te ayudará a que no te sientas solo, y te dará la oportunidad de recibir ayuda y de rendir cuentas a alguien. En algunas situaciones, es bueno recurrir a alguien que tiene conocimiento y entrenamiento para ayudarte en forma objetiva. Esa persona es una profesional de la salud mental o un pastor. No hay nada malo en pedir ayuda.

¿Existe el momento en que debamos parar de conseguir algo?

Cuando nos sentimos estancados, ¿existe un momento para dejar de tratar de liberarnos? Podemos hacer una pausa y descansar sin regañarnos, ¡pero jamás deberemos de detenernos!

Recuerda que lo que dices tiene importancia. Dar aunque sea un pequeño paso hacia la meta es algo bueno, y Dios siempre hace cosas nuevas. ¿Qué vas a hacer hoy día para ponerte de camino a la liberación?


Valerie ha gastado la mayor parte de su vida corriendo. Primero, corriendo de Dios y después de su llamado a escribir. Finalmente, abandonó sus zapatos para correr, a fin de caminar con Dios cada día de su vida, mientras que cursa una maestría de cómo escribir creativamente. Asiste y sirve en la iglesia Everglades Community (Iglesia Metodista Unida) en Pembroke Pines, FL.

[Publicado 19 de marzo, 2019]

Comunicaciones Metodistas Unidas es una agencia de la Iglesia Metodista Unida

©2024 Comunicaciones Metodistas Unidas. Reservados todos los derechos