Cómo la fe produce paz

¿Dónde encuentras recordatorios de la fe?
¿Dónde encuentras recordatorios de la fe?

En la primavera del 2019, atravesé por la etapa más difícil de mi carrera como ministro. Omito los detalles desagradables y aburridos, pero básicamente cuando llegó el mes de julio estaba tratando de conseguir seguro de desempleo. No tenía idea cuál sería el siguiente paso.

Me gradué de la universidad con un grado de psicología y de inmediato me fui al seminario. Por quince años lo único que hice fue trabajar en el ministerio. De modo que, cuando llegó el momento de buscar trabajo, me di cuenta que no estaba preparado para enfrentar el “mundo real”. Sabía muy bien cómo contar una historia. ¿Pero cómo una persona se gana la vida contando historias? No tenía ni todavía tengo habilidades manuales.

No tenía idea de cómo sostendría a mi familia. No quería que el peso de sostener el hogar estuviese solo sobre mi esposa, aunque a veces sueño con ser el cónyuge que se queda en casa. Jamás había sentido un abismo de miedo e incertidumbre en mi estómago y alma.

Aunque estaba lleno de incertidumbre, nunca me sentí solo.

No estás solo ni estás sola

Una de las formas que Dios contesta nuestra oración es a través de otras personas. Algunas veces no reconocemos que algo fue una respuesta de oración porque no se siente lo suficientemente milagroso. Es sutil. Pero sentimos la presencia de Dios por medio de gente que caminó con nosotros en este viaje de incertidumbre. Quiero que mi hijo sepa que, aunque jamás tendremos riquezas, siempre tendremos gente con nosotros.

Debajo de toda esta locura frenética, tenía un sentido subyacente e inmortal de paz que me seguía. Si tomaba aliento y detenía mis pensamientos, me llenaba la paz, no el miedo.

Al comienzo de este perído sentí la paz de Cristo.

Dejé la reunión con el que era mi jefe, sacudido y asustado. Sentí como si quisiese esconderme debajo de una roca y quedarme allí por diez años.

De camino a casa, prendí la radio para cortar el silencio con lo que viniese. Empezaron a tocar la canción “Three Little Birds” de Bob Marley, y sentí la certeza de la línea que dice: “cada cosa pequeña va a estar bien”. No sabía lo que deparaba el futuro, pero estaba seguro de quién lo controla. Pude finalmente respirar cómodo después de la reunión que había tenido.

Presencia y aves

A través de todo este tiempo, no pude olvidar el tema de las aves de la canción. Supe de la tradición celta del Espíritu Santo personificado como un ganso, en lugar de una paloma. El Espíritu Santo en forma de ganso resonó en mí profundamente, especialmente en la forma en que la gansa protege a sus pequeños.

Después pudimos ir de vacaciones a un lugar llamado Sweet Songs para distraerme de lo que había pasado. Cuando nos registramos en el hotel, me di cuenta de que tenía el tema de la canción de Marley acerca de tres pequeños pájaros. El comedor se llamaba Three Little Birds y toda la propiedad estaba decorada con pinturas y frases que hablaban de los tres pajaritos. La bebida más famosa del lugar se llamaba tres pajaritos.

Al volver a casa y haber hablado con el obispo, sentí que Dios me hablaba a través de la canción y me decía que no me preocupara porque todo saldría bien. Por medio de la canción, Dios me decía que no solo creyera en Dios sino que confiara en Dios, que todo saldría bien.

Pero vinieron momentos en que me costó confiar en Dios. Cuestioné si todo realmente saldría bien. En todos estos períodos Dios me hizo recordar el tema de las aves.

Al ver las aves y al escuchar la canción Three Little Birds, encontraba paz en medio de una tormenta de incertidumbre. Podía recobrar el aliento y confiar que todo saldría bien. Estoy seguro de que las vacaciones en Sweet Song fue algo más que una coincidencia. Dios me confirmó que estaba y siempre estaría conmigo.

He conmemorado esta parte de mi vida con mi primer tatuaje que tiene tres aves: un ganso (símbolo celta del Espíritu), una paloma (símbolo tradicional del Espíritu) y un gorrión (de Mateo 10:29-31).

El tatuaje me recuerda que solo debo creer sino que confiar que Dios está conmigo.

Al final, nada salió como yo quería, como yo deseaba o cómo lo había planeado. Pero Dios se mantuvo fiel a mí, aun cuando vacilé y dudé.

Ese período de mi vida me enseñó que, aunque las cosas raramente salen cómo quiero o planeo, al final todo sale bien porque Dios –no yo– está en control. Encuentro paz al confiar en Dios.


Joseph Yoo se mudó de la costa oeste para vivir feliz en Houston, Texas, con su esposa e hijo. Sirve en Mosaic Church, Houston. Visite josephyoo.com

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