Mucho tiempo atrás, una antigua civilización fue atacada por una hambruna que duró años. Durante la hambruna, la gente luchaba por sobrevivir. El historiador Heródoto nos cuenta que eventualmente la gente de Maeonia creó juegos que incluían dados, matatenas (jacks) y pelotas. Solo comían día por medio, y en los días alternos jugaban juegos. Heródoto dice que fue solo a causa de estos juegos que la gente persistió y sobrevivió. Por miles de años, los juegos han ayudado a la gente a sobrevivir tiempos difíciles, a juntarse en comunidad y a darle inspiración a su sociedad.
Si pensamos en el día de hoy, nos preguntamos cómo vamos a sobrevivir estos tiempos difíciles y cómo seremos iglesia cuando la iglesia no puede satisfacer nuestro sentido de comunidad. Con la pandemia de Covid más gente está usando los juegos para atravesar por este mal tiempo. Buscan herramientas para mantenerse firmes en medio de lo desconocido.
Ocasionalmente, el mundo a nuestro alrededor no se siente equitativo, heroico o justo. La gente busca inspiración en las historias de héroes, buscan jugar juegos con reglas conocidas que promuevan la equidad y la justicia. En esta forma, los juegos nos inspiran a crear un mundo mejor. Esto es lo que descubrimos jugando CrossFire —un juego en línea que ayudé a crear. No empecé una comunidad de fe digital para sobrevivir una pandemia o cambiar el mundo, pero la pandemia dejó en claro la necesidad de tal proyecto.
“¿Cómo luce la iglesia cuando no se ve como iglesia?”
Esta pregunta asume que tenemos una idea de lo que es la iglesia. Sea un edificio, una hora el domingo o una organización llena de comités, la mayoría concuerda con una definición de iglesia.
Pero si seguimos insistiendo, se generan más preguntas. ¿Puede ser la iglesia un día de pesca? ¿Un almuerzo en público? ¿Nadar en una piscina? ¿Juegos? Estas cosas ocurren en la Biblia pero no es lo que pensamos cuando nos imaginamos una iglesia (Juan 21:1-6; Mateo 14:13-21; Juan 5:1-15; Mateo 18:3).
El año 2017 hice la pregunta: ¿Puede la iglesia existir como un grupo de jugadores que comparten un propósito, fe y comunidad? La respuesta ha venido con un resonante “SÍ”. Desde el 2017, Crossfire:faith+gaming ha creado activamente una comunidad de jugadores que participan en una comunidad transformadora y que comparten herramientas de perseverancia en un mundo desafiante.
El año 2020 el mundo cambió a nuestro alrededor. Las iglesias cerraron, el servicio de adoración pasó a realizarse por internet, y la administración de la Santa Cena se transmite en vivo invitando a los congregantes a beber el vino y comer el pan desde sus hogares. Se terminaron las discusiones sobre la validez de la iglesia por internet. Para la mayoría, la iglesia por internet era la única forma segura de hacer iglesia.
Debido a este cambio, Crossfire:faith+gaming estaba en una posición única para mostrar la perseverancia de los jugadores y para modelar cómo hacer ministerio.
Nuestro compañerismo semanal sobre la Discord (una plataforma para conversar en línea que es popular entre jugadores) se siente similar a la forma en que las iglesias empezaron a usar el internet para estudios bíblicos y servicios en vivo. Ya no necesitamos estar en el mismo lugar físico o adorar al mismo tiempo para ser parte de una comunidad de fe.
De modo que, ¿cómo hacemos iglesia cuando la comunidad se define más por intereses compartidos o los espacios en línea que habitamos, y menos por el código postal o los límites de la ciudad?
Por mucho tiempo la genta ha hablado de “encontrar a la gente allí donde se encuentran”. Este método de salir del edificio para encontrar a la comunidad requiere hablar el lenguaje de la gente, estar donde la gente está e involucrarse más allá del café y galletas después del servicio.
¿Dónde están los jugadores?
Esta es una pregunta capciosa. Es como preguntar: “¿Dónde están los cristianos?” Están en todo lugar. La organización Pew Research informa que el 49% de los adultos juegan juegos y que 10% se considera jugadores. [1]
El 60% cree que la mayoría de la gente que juega videos son hombres –un punto de vista compartido por el 57% de las mujeres que juegan juegos de video. Pero los datos muestran que en de cierta medida esta presuposición está equivocada. Un número casi idéntico de hombres y mujeres informan que nunca han jugado juegos de video (50% hombres, 48% mujeres).
¿Por qué los jugadores son más visibles?
Al explorar esta pregunta en Crossfire:faith+gaming Podcast, mi coanfitrión Russell Dornisch y yo llegamos a entender que la gente piensa mal de quienes juegan juegos. Con frecuencia, los jugadores tienen dificultades para participar en la comunidad pues muchas comunidades no los aceptan.
Nuestro trabajo ha sido quitar el estigma de los juegos, crear una comunidad en la que los jugadores se sientan parte de ella y buscar una conexión más profunda en la fe. Nos dimos cuenta que estábamos haciendo algo bueno cuando varios padres nos llamaron para agradecernos que sus hijos encontraron un lugar que los abraza, acepta y donde pueden ser parte de una comunidad.
El año pasado, nuestro podcast exploró varios temas, incluyendo la paternidad, la violencia de los juegos, raza, fe, género y más. También empezamos a transmitir en Twitch – un servicio de transmisión de un juego de video donde los jugadores pueden recaudar dinero. En noviembre, participamos en Extra Life y en un día levantamos más de $600 para el hospital de niños de Colorado.
La comunidad de jugadores de Crossfire:faith+gaming es nueva y todavía estamos aprendiendo. Recién estamos tomando forma y aprendiendo qué potencial hay para el futuro, pero perseveramos. Hemos aprendido a persistir a través de tiempos difíciles: un diagnóstico de cáncer, la pérdida de seres queridos y ahora la pandemia. Creemos que como seguidores de Cristo, podemos aprender a florecer en los tiempos más difíciles. Y como dijo Heródoto, los juegos nos ayudan a seguir adelante.
[1] https://www.pewresearch.org/internet/2015/12/15/gaming-and-gamers/
El Rvdo. David Petty actualmente sirve en la IMU Meeker y es el fundador de CROSSFIRE: faith+gaming. Se deleita pasar tiempo con su familia y le encanta estar al aire libre.