La oración intimida. Me acuerdo de este hecho cada vez que la familia se junta para cenar y alguien pregunta: “¿Quién va a bendecir los alimentos?” Todos miran para otro lado. Nuestros cuerpos se ponen tensos. Cualquier movimiento o contacto visual podría llamar la atención. Se nos podría pedir que oremos.
Quizá la oración intimide porque no hemos considerado cómo orar. Este es un problema antiguo. Hace unos dos mil años, los seguidores de Jesús le preguntaron a Jesús cómo debían de orar. Quizá si usamos un modelo nos sentiríamos más cómodos para orar.
¿Cómo orar?
Tenemos buenas noticias. Los años nos han legado muchos modelos de oración. Por cierto que hay un modelo para ti o un modelo para cada disposición de ánimo en la que te encuentres.
¿Te sientes perdida en una vida muy ocupada? Considera Centering Prayer o Breath Prayer.
Algunos oran dibujando o escribiendo un diario.
Movimiento y silencio pueden ayudar a orar.
¿Te sientes desafiado? Considera lo que dice el Rev. Brian Tillman:
“Si estuviese pasando por un tiempo difícil o luchando con el enojo y la frustración, le pediría a Dios que me dé paz. Oraría a Dios que me disponga a escuchar más que a hablar. Pediría que Dios me haga más gozoso. Oraría a Dios que me haga más productivo en mis esfuerzos para traer justicia al pueblo de Dios”.
¿Sientes que te faltan las palabras? Los salmos son oraciones puestas por escrito para ser compartidas. Lee algunos salmos. También tenemos las palabras que Jesús enseñó a sus discípulos, las cuales conocemos tan bien:
Padre nuestro
que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan cotidiano.
Perdónanos nuestras deudas,
como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores.
Y no nos dejes caer en tentación,
sino líbranos del maligno. (Mt. 6:9-13 NVI)
Muchas veces, la oración es una conversación espontánea entre uno y Dios. No se necesita palabras rebuscadas o fórmulas específicas. Las mejores formas de oración son las que sentimos, las que nos dejan sintiendo un poco diferente en cuanto a nosotros mismos y nuestra perspectiva del mundo.
“Dios escucha cada uno de tus pensamientos, sea que lo vistas de palabras rebuscadas o no”.
― Catherine Richmond, Spring for Susannah
Brian Tillman dijo: “Después de que pronuncio esas palabras y digo ‘Amén’, pongo mis pies detrás de mis oraciones. Lo hago por la fe. Si he pedido ser pacífico, entonces me muevo en la dirección de la paz incluso con mis palabras. Si he orado para ser más productivo, centro mis esfuerzos y me deshago de las distracciones”.
Ryan Dunn es ministro de Online Engagement para Rethink Church.
[Publicado 2 de mayo, 2018]