La primera idea que hubo para un mural en la Iglesia Metodista Unida Dallas Indian, en Texas, fue pintar a Jesús con el tono de piel de un nativo americano. Tenía sentido puesto que el 94 por ciento de la congregación es nativo americana.
No resultó de esta manera.
Damon Neal y el pastor Rev. JB Jackson dicen que algo hizo que Neal cambiara el mural a “una ventana al cielo”, pintura repleta de muchas de las creaciones de Dios integradas en las nubes. Ese algo fue el Espíritu.
Inspirado por el Espíritu Santo
“Creo que cada trazo fue inspirado por el Espíritu Santo”, dice Jackson. “Damon tiene un gran sensibilidad a ser guiado y dirigido por el Espíritu”.
Primero Neal decidió que crearía un fondo de nubes para el mural del Jesús nativo americano, y se puso a trabajar. Inspirado posiblemente por el artista nativo americano Enoch K. Haney, empezó inconscientemente a incorporar animales y otras imágenes a las nubes.
“Esta nube particular empezó a lucir como un pez”, afirma Neal. “A ver, esto no está bien. Voy a moverme a este otro lado del mural y pintar más nubes”.
Los animales empezaron a aparecer
Cuando se movió a otro lado del mural, las formas de otros animales empezaron a surgir.
“Me sorprendió cómo empezaron a aparecer lentamente, colocándose estratégicamente”, nos dice. “No eran tan solo animales al azar. Estaban en lugares estratégicos”.
La pintura que hoy se llama “una ventana al cielo” contiene pájaros, un oso, un pulpo, nativo americanos y hasta una col de Bruselas.
“No me gusta la col de Bruselas”, dice Jackson. “Pero predico y digo cosas que no le gustan a la gente. Dios sabe lo que necesitamos. Y allí está en la pintura”.
Consuelo en el dolor
“Una ventana al cielo” es el primer gran proyecto que Neal ha intentado después de la muerte de su hermano y su padre.
“El año 2020, Covid se llevó a mi hermano”, nos dice. “Después el año pasado, el 11 de enero, mi padre falleció de un ataque al corazón”.
Aunque regularmente Neal ganaba los concursos de la escuela secundaria, dejó de estudiar arte en la universidad para ayudar a sus padres. Todavía sigue cuidando de su madre, sobreviviente de cáncer. No se arrepiente de haber dejado la universidad, pues cree que Dios tenía un plan diferente para él.
“Siempre podré volver en el futuro, me decía” nos cuenta Neal. “Uno año se convirtió en dos y tres… y 22 años más tarde todavía cuido de mi madre”.
Su fe lo ha sostenido a través de todos estos años, a pesar de haber perdido a su padre y hermano. Sus abuelos lo criaron en el metodismo nativo americano.
“Mi abuela es la Dr. Rev. Lois Neal. Estuvo casada con mi abuelo, el Rev. Oliver Neal”, nos dice.
“Mi abuelo estableció muchas iglesias metodistas nativo-americanas en Oklahoma y California”, añade.
El mural es un parte importante del plan de Dios para él, cree Neal.
“Es como si el Señor estuviese tomando cada pensamiento negativo que tenía”, dice Neal. “Tomará esos sentimientos y literalmente los moldeará en otra cosa para que aparezcan en el mural. Esa es una transformación física de tomar lo negativo para convertirlo en positivo”.
Los instintos artísticos guían la senda
Los intereses artísticos de Neal empezaron cuando era niño, cuando trató de emular los dibujos que dibujaba su mamá. Al principio, lo que más pintaba eran escenas de artes marciales de Bruce Lee y de ninjas.
En el jardín de infantes, para un proyecto de Halloween dibujó calabazas azules en lugar de color naranja.
“Simplemente sigo mis instintos, sigo mis intuiciones”, nos dice. “Esto me separaba de todos los demás. Así ha sido toda mi vida y ahora estoy acostumbrado”.
La madre de Neal le sugirió que tomase temas nativo-americanos cuando cursaba séptimo año.
“Empecé a investigar la herencia de mi familia y de otras culturas nativo-americanas a nuestro alrededor”, dice Neal, que tiene ancestros apache, cherokee y otras tribus. “Mis ojos fueron abiertos a mi propia cultura”.
Presente en el proceso
El pastor de la iglesia cree que el proyecto “una ventana al cielo” ya está terminado en un 95 por ciento.
Para Damon y su familia ha sido un proceso de sanidad, dice Jackson.
“Lo veo aferrándose a ese mural”, nos dice. “Haciendo de que dure tanto como pueda hasta que llegue a un punto en que podrá dejarlo ir. Creo que está pasando a través de esta etapa ahora mismo”.
Neal admite que no tiene apuro.
“Es una muralla de inclusión”, afirma. “Todos son aceptados, toda fe es aceptada… Incluso ahora todavía estoy aprendiendo. Lo estoy creando y estoy aprendiendo del mural”.
Jim Patterson es escritor independiente con base en Nashville. Contáctese vía email.