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¿Viernes “santo”?

¿Ha pasado usted algún tiempo en una galería de arte contemporáneo? Si bien los niveles de creatividad que se dan son sorprendentes, muchas veces uno encuentra arte que no ha sido creado para el placer de la gente. Algunos artistas buscan inquietar a la persona que experimenta su arte. En estos casos, el artista busca desafiar al espectador. Quizá usted desee mirar a otro lado o ignorar la exhibición, pero quizá valga la pena quedarse y luchar con la pregunta de por qué se siente incómodo.

De la misma forma, no nos gusta tener que lidiar con las dificultades de la vida. Desafortunadamente, la mayoría de nosotros hoy desea solo mirar al lado bueno de la vida. Cuando pensamos en nuestros deseos  y necesidades, la mayoría no queremos desafíos y dificultades. Parece desquiciado pedir ese tipo de cosas. Queremos desesperadamente que la vida sea feliz, placentera y llena de mullidos conejitos y unicornios. Con todo, sabemos que la realidad es distinta. La realidad podría incluir las cosas buenas, pero también está llena de infortunios y dificultades.

En el Viernes Santo, los cristianos se centran en Jesús muriendo en la cruz. ¿Qué significó? ¿Por qué ocurrió? ¿Cuál fue el resultado de tan horrible episodio? En nuestra cultura, mucha gente no desea hablar de la muerte. Si uno trata de levantar el tema de la muerte en una conversación entre amigos, de seguro que cambiarán la conversación. Quizá digan que uno es un mórbido. ¿Por qué es la muerte un tema tabú?

¿Cuándo podremos hablar de los infortunios, el dolor y hasta la muerte? La vida y la muerte ocurren. El carácter final de la muerte puede robarnos el aliento.

Mucha gente ofrece palabras de consuelo que sólo hacen que el veredicto sea aún más brutal, como cuando dicen: “fue para mejor” o “está en un mejor lugar”. La rabia que uno siente ante la tierra que cubre un ataúd contradice estas afirmaciones.

 

“La oscuridad, los errores y las pruebas son maestros incomparables. El éxito nada enseña; uno solo se siente bien”.

- Fr. Richard Rohr

 

Dios no hace que estas cosas ocurran, pero desea que pasemos por ellas junto a él. Si como sociedad seguimos ignorando el infortunio, el dolor y la muerte, continuaremos viviendo una vida de ignorancia y desilusión. Entonces cuando nos encontremos con las dificultades de la vida, no seremos capaces de enfrentarlas con gracia, paz y respeto.

A menudo, los sufrimientos de la vida son la mejor y más efectiva forma de aprender. Dios nos bendice cuando entendemos que el dolor en nuestra vida puede ser transformado en una bendición, si uno escucha a Dios interna y externamente. No todas las bendiciones son fáciles de conseguir y, de hecho, la mayoría nos llega con cicatrices, las cuales nos recuerdan que la vida es difícil, pero que también hay vida a otro lado del dolor.

En medio del dolor y la pérdida, las lágrimas y la tumba son una paradoja. Lo que era final no es final. La tumba está vacía. La muerte ha perdido su aguijón.

¿Qué si los mitos son verdad?

Esa es la razón de que hablamos del viernes “santo”.

¡Es maravilloso de que encontramos la resurrección en la misma cruz!

El viernes santo, ¿por qué mira usted profundamente en su propio quebrantamiento y busca lo santo en su vida? Usted es una persona preciosa, no a pesar de sus cicatrices sino que debido a ellas. Que este viernes santo usted sea bendecida o bendecido. Que encuentre la belleza en todo lo que usted es.


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