Parece que a los papás se les hace difícil comunicar el orgullo y gozo que sienten con sus niños. Al igual que el padre de Juan Wesley, algunos esperan a que lleguen los grandes momentos para expresar lo que sienten. Dar pequeños pasos ayudará a los papás a compartir diariamente su amor por sus hijos.
Padre orgulloso
El padre de Juan y Carlos Wesley era el Rev. Samuel Wesley. Según la mayoría de los testimonios, este papá no era un tipo cálido, pero al menos hubo dos oportunidades en que expresó su amor por la familia. La primera vez fue cuando Juan y Carlos eran muy pequeños. Después de que un horrible incendio quemara su casa, la familia Wesley se reunió en el jardín. Juan recordó más adelante que cuando Samuel se dio cuenta que su esposa e hijos estaban a salvo, gritó: “¡Demos gracias al Señor! Me ha dado mis ocho hijos. No me importa la casa, ya soy lo suficientemente rico”.
Los papás pueden encontrar maneras de conectarse con sus niños, incluyendo participar juntos en un ministerio de oración. Foto cortesía de Bob Dickson y su hija, Rachel, en la Primera Iglesia Metodista de Madison (Georgia).
La segunda vez vino 17 años después, cuando Juan Wesley fue elegido para recibir una beca en Lincoln College. La beca le proveyó de alojamiento y comida, estudiantes a quienes enseñar y un salario de por vida, si se mantenía soltero. ¡Gran oportunidad!
Dos semanas más tarde, Samuel le envió una carta a Juan para felicitarlo. Juan tenía el apodo de Jacky, así que la carta decía: “Dondequiera que vaya, mi Jacky es miembro de Lincoln”.
Sin embargo, los papas no deberían esperar a que ocurran eventos importantes para expresar su amor y orgullo a sus hijos. Los papás pueden dar pequeños pasos para desarrollar habilidades que los llevarán a expresar su amor a sus hijos todos los días.
Consejos fáciles para los padres
La bendición a la hora de acostarse:
Los niños pequeños tienen rituales a la hora de irse a la cama. Los padres se aseguran de que tomen un baño, se laven los dientes y quizá les leen una historia y oran juntos. Los padres pueden añadir una bendición a dicha rutina. Algo tan simple como decir:
“Que la gracia de Jesucristo te rodee esta noche”. Esta es una declaración de que tanto Dios y usted aman a los niños.
Ritual matutino:
El horario de la familia puede ser una locura. Cuando los niños llegan a cierta edad, las tardes y las noches se llenan de juegos, recitales, prácticas, ensayos, tareas y mucho más. La mañana podría ser el único tiempo para que toda la familia esté junta. Así que, dedique algún tiempo para ellos. Comparta el desayuno. Hablen de lo que les espera en ese día. ¿Qué es lo que les entusiasma o temen de ese día? Oren que la gracia de Dios esté con cada uno durante el día.
La escuela es importante:
En nuestro país, por 13 años la escuela será el centro de la experiencia de los pequeños. Durante este período de sus vidas, es fácil que los padres se centren mucho en los resultados: puntajes en los exámenes, calificaciones, cuadro de honor, etc. Ocurre que en la escuela ocurre mucho más que eso. Es allí donde ser forman amistades que se profundizan o se pierden. Las interacciones con adultos y gente de la misma edad pueden ir bien pero no siempre. A veces se cumplen las responsabilidades y desafíos, pero otras veces se convierten en oportunidades para aprender. Manténgase involucrado. Muestre interés en lo que ocupa la mayor parte del tiempo y atención del niño.
Atención constante:
Será difícil encontrar una actividad que sea del agrado de toda la familia. Esto abre la oportunidad para pasar tiempo a parte con cada niño. Juegue a la pelota con la hija que es deportista. Escuche una canción con su hijo. Juegue con su hija un videojuego o vea con su hijo su película favorita por décima vez. Una de las necesidades básicas de los niños es tener la atención de sus padres. El tiempo que ocupamos con ellos lo toman como expresiones de amor.
Aproveche cada oportunidad:
Algunos papás piensan demasiado las cosas. Uno puede perder una oportunidad si se pone a debatir mentalmente si es o no el tiempo apropiado para decir algo o si es la forma correcta de expresarlo. No espere. Simplemente dígalo: “Estoy orgulloso de ti”. Sin pensar, simplemente diga: “Te amo”. Con frecuencia, le enseñamos a los niños que las palabras son importantes. Comparta expresiones lindas con sus niños.
El poder del tacto:
No solo use palabras, sino que abrazos, la mano sobre el hombro, el beso en la frente. A veces el niño como que se retorcerá y quizá sea bueno que uno descontinúe con los besos. Pero encontrar maneras de tener algún contacto físico con los niños es una linda manera de expresar amor y orgullo sin decir nada.
El Rev. Samuel Wesley quizá no demostró mucho su amor a la familia. Imagen de dominio público.Modele el amor:
Los padres saben que jamás dejan de ser padres. Los niños están siempre mirando a sus padres para aprender todos los aspectos del comportamiento. Cada papá debe trabajar para desarrollar los frutos del Espíritu: “amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio” (Gálatas 5:22-23, NVI). Así podrá ser un modelo del amor de Dios para sus pequeños.
¿Por qué esperar?
Samuel Wesley quizá no fuera el padre más efusivo. Pero la historia nos muestra algunos destellos de su amor por la familia y el orgullo que sentía por los éxitos de sus hijos. Samuel nos enseña que no debemos esperar a que ocurra algo especial para mostrar amor a los hijos. Los padres pueden buscar maneras todos los días para comunicar a los niños cuánto los aman y cuán orgullosos están de ellos.
Agradezco la contribución a este artículo del Rev. Matt Tuggle, Director de Ministerios para la Familia, en la Iglesia Metodista Unida Highland Park, Dallas, Texas.
Joe Iovino trabaja en UMC.org, en Comunicaciones Metodistas Unidas. Contáctese usando el email: jiovino@umcom.org o llamando al 615.312.3733.
