Aprendiendo a abrazar el silencio
Abraza y disfruta un poco más de silencio. Observa cómo despeja tu mente y profundiza tu marcha espiritual.
Imagínate un lugar donde estás libre para explorar tus preguntas y para encontrarte con las partes más profundas de tu alma –y todo sin las distracciones y el bullicio del mundo externo.
Te sorprenderá que este espacio está a todo tu alrededor y que no es difícil de acceder, pero es fácil no tomarlo en cuenta en medio del bullicio de la vida diaria. ¿El espacio? Silencio.
El silencio es una puerta
El silencio tiene profundos beneficios, especialmente para quienes buscan una conexión espiritual. En la fe cristiana, particularmente en la tradición metodista unida, el silencio es más que la simple ausencia de ruido. Es una puerta hacia un entendimiento espiritual más profundo. Para quienes buscan la espiritualidad, la quietud ofrece una especie de santuario, un lugar donde los practicantes dejan las distracciones del mundo y permiten que sus almas se conecten con algo más profundo.
El silencio fomenta un sentido de paz interna que trasciende la tranquilidad superficial ofrecida por los escapes temporales. En la quietud, uno encuentra la rara oportunidad de confrontar y calmar el tumulto interno que enfrentamos con frecuencia. En la quietud, podemos escuchar el susurro del Espíritu Santo, guiando e iluminando al buscador en su camino. A menudo despejamos nuestra mente en medio del silencio.
El silencio no es fácil pero vale la pena
Muchos de nosotros respondemos al silencio al estilo Pávlov. Cuando nos encontramos con el silencio, de inmediato respondemos con ruido y actividad. Se nos ha programado culturalmente a creer que el silencio no es productivo. Algunos se sienten incómodos con el silencio porque temen la introspección profunda y lo que podría revelarnos. No queremos mirar muy profundo dentro de nosotros mismos.
Ingresar al silencio vale la pena. La ausencia de ruido reduce el estrés corporal, lo que produce un estado de relajamiento. La ausencia de estímulos elimina la necesidad de que nuestro cuerpo responda. Este estado de relajamiento puede ayudar con el estrés en general y restaurar los recursos cognitivos que se agotan con tanta distracción. También baja la presión sanguínea y el ritmo cardiaco.
El silencio puede mejorar la atención mental y promover un estado de introspección reflexiva ayuda a la salud emocional. El silencio permite que la persona se centre en el momento presente y obtenga un entendimiento más profundo de sus emociones y pensamientos.
En 1 Reyes 17, aparece el ejemplo de Elías, quien finalmente escuchó la suave voz de Dios en la calma de la soledad. Nosotros también podemos hallar un sentido más profundo de la presencia de Dios cuando cultivamos un espacio para el silencio como parte de nuestra marcha espiritual.
Aprenda a cultivar el silencio
Jamás podremos eliminar todo el ruido de nuestro medio ambiente. Sería injusto exigirle a otros que adapten su conducta o hábitos para que nosotros podamos gozar de silencio. Con todo, hay maneras de producir algo de silencio en nuestras vidas.
Identifique espacios de santuario. Piense en lugares físicamente accesibles en su vida que evoquen sentimientos de quietud. Uno debe elegir estos lugares para encontrar en ellos silencio y pensamientos profundos. Quizá haya una habitación en su hogar o un parque cercano que está en calma en algún momento del día. Muchas iglesias tienen capillas para la oración. Haga que la visita a estos santuarios de silencio sea una parte de su rutina.
Establezca linderos personales. El silencio es la ausencia de ruido, así que busque las cosas que hacen ruido a su alrededor para suprimirlas por un momento. Por treinta minutos aléjese de su celular y no conteste llamadas, mensajes de texto e emails.
Programe su silencio. Muchos vamos por la vida con horarios demandantes. Organice su día de modo que establezca un tiempo consistente para experimentar el silencio. Reúnase consigo mismo para tener un encuentro con el silencio.
Haga algo. El silencio no significa necesariamente falta de actividad. Es perfectamente aceptable que usted haga algo en su espacio de silencio. Una práctica espiritual, una meditación o una oración contemplativa pueden hacer uso del silencio y proveer de una plataforma para profundizar su experiencia espiritual.
Algunas prácticas que se recomiendan para los momentos de silencio:
Ryan Dunn, es ministro de involucramiento por la web de Rethink Church, un departamento de Comunicaciones Metodistas Unidas, Nashville, Tennessee. Ryan se especializa en el ministerio con jóvenes y jóvenes adultos. También produce Compass Podcast y Pastoring in the Digital Parish Podcast. Ryan es padre, esposo y peregrino espiritual. Contáctese por email.