Martes
Escritura: Juan 12:20-26
Entre la gente que había ido a Jerusalén a adorar durante la fiesta, había algunos griegos. Éstos se acercaron a Felipe, que era de Betsaida, un pueblo de Galilea, y le rogaron: Señor, queremos ver a Jesús.
Felipe fue y se lo dijo a Andrés, y los dos fueron a contárselo a Jesús. Jesús les dijo entonces: Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser glorificado. Les aseguro que si el grano de trigo al caer en tierra no muere, queda él solo; pero si muere, da abundante cosecha. El que ama su vida, la perderá; pero el que desprecia su vida en este mundo, la conservará para la vida eterna. Si alguno quiere servirme, que me siga; y donde yo esté, allí estará también el que me sirva. Si alguno me sirve, mi Padre lo honrará.
Devocional
Resulta muy interesante que, en Jerusalén, un grupo de griegos quisiera hablar con Jesús. Si recordamos que los griegos eran pensadores y filósofos, cautivados por la búsqueda de la sabiduría, se interesan en la persona de Jesús. En mi entender él se adelanta a contestar una pregunta existencial que posiblemente le querían hacer los griegos que lo buscaban. La pregunta pudiera haber sido ¿cuál es el propósito de la vida? Jesús define el propósito de la vida comparándola con el propósito de un grano de trigo. El grano de trigo tiene que caer en la tierra y tiene que morir para dar abundante fruto.
La vida de Jesús es una manera clara de ejemplificar el propósito de la vida. Su vida, muerte y resurrección se compara al grano de trigo que cae en la tierra para dar mucho fruto. Imagínese que hubiera pasado si el hijo de Dios no muere en la cruz. Sin la muerte y resurrección de Cristo no habría salvación ni vida eterna.
La vida fue creada para poder dar fruto; sin embargo, para dar buenos frutos debemos entender que debemos morir. Durante esta época de cuaresma, muchas personas tomamos tiempo para meditar en nuestro propósito de vida. Es por eso que algunos de nosotros nos propusimos morir a ciertos deseos tales como dejar de comer algún tipo de alimento o no pasar tanto tiempo en las redes sociales, entre otros.
Sin duda alguna al morir a estos deseos dará fruto a su debido tiempo.
Para Reflexionar
¿En qué área de su vida quiere dar fruto? (espiritual, familiar, profesional, personal, etc.)
¿Usted cree que solo durante cuaresma debemos morir a ciertos deseos?
¿Cómo sería su vida si permanentemente nos comprometemos con Dios a morir a esos deseos que no dan fruto para vida eterna?
Oración
Dios, creador mío, te pido hoy que me ayudes a morir a los deseos que no darán fruto para vida eterna. En el nombre de aquél que murió por mí, Jesús el Cristo, amén.