Devocional Semana Santa: Domingo de Ramos

Domingo de Ramos

Escritura: Lucas 19:28-40 

Dicho esto, Jesús siguió adelante, subiendo hacia Jerusalén. Cuando se acercó a Betfagué y a Betania, junto al monte llamado de los Olivos, envió a dos de sus discípulos con este encargo: «Vayan a la aldea que está enfrente y, al entrar en ella, encontrarán atado un burrito en el que nadie se ha montado. Desátenlo y tráiganlo acá. Y, si alguien les pregunta: “¿Por qué lo desatan?”, díganle: “El Señor lo necesita”». Fueron y lo encontraron tal como él les había dicho. Cuando estaban desatando el burrito, los dueños les preguntaron:

—¿Por qué desatan el burrito?

—El Señor lo necesita —contestaron.

Se lo llevaron, pues, a Jesús. Luego pusieron sus mantos encima del burrito y ayudaron a Jesús a montarse. A medida que avanzaba, la gente tendía sus mantos sobre el camino. Al acercarse él a la bajada del monte de los Olivos, todos los discípulos se entusiasmaron y comenzaron a alabar a Dios por tantos milagros que habían visto. Gritaban:

—¡Bendito el Rey que viene en el nombre del Señor!

—¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!

Algunos de los fariseos que estaban entre la gente le reclamaron a Jesús:

—¡Maestro, reprende a tus discípulos!

Pero él respondió:

—Les aseguro que, si ellos se callan, gritarán las piedras.

Meditación

Durante la primera parte de mi vida en que me desarrollé como cristiano dentro de una de las denominaciones principales de la iglesia Católica o Universal, prendí que durante el año litúrgico cristiano, la mayoría del mundo cristiano celebra cinco fiestas religiosas.

Estas son el día de Navidad, donde celebramos la encarnación y nacimiento de nuestro Señor Jesucristo, el Miércoles de Ceniza, el Viernes Santo, el Domingo de Resurrección, y dejé para lo último una fiesta, que incluso muchos creyentes en la santería y el espiritismo asistían, el Domingo de Ramos, o de palmas. En ese día, especial, hasta los santeros asistían a la misa o servicio religioso para recibir “los ramos de palmas benditas”. ¿Qué cosa verdad? ¡Como hasta los considerados idolatras se unen en los templos!

Una cosa que si es de encomiar es que todavía en nuestros tiempos postmodernos, en ese mismo día se canta el siguiente verso que se centra en el Señor: “Hosana al Hijo de David, bendito el que viene en nombre del Señor, el Rey de Israel, hosana, hosana en el cielo”.

Ese mismo día, mi maestra de escuela dominical nos enseñaba a hacer cruces con las palmas mientras cantábamos la anterior estrofa de la canción. Pero algo que siempre me llamaba la atención, porque no lo podía comprender, era que ese mismo día se leía todo el evangelio de la pasión, según el evangelista que ese año en curso se estuviera compartiendo.

La gran pregunta, ¿Por qué en un día honramos y celebramos al Rey, y le profesamos nuestra fe, y en el siguiente día se nos olvida cómo demostró su poder? ¿Por qué olvidamos que el ejemplo del ejercicio de su reinado nos dio ejemplo de humildad y sometimiento a caminar en obediencia al Padre? ¿Cómo lo hizo? Cristo ejercicio ministerial como Rey compasivo y misericordioso, estando firme ante la adversidad, manteniéndose firme mirando el camino pedregoso y doloroso al calvario, en obediencia al Padre, como escalón hacia la vida eterna para la humanidad.

Cristo ejerció su reinado cuando no nos juzgó por nuestras faltas, sino que nos incluyó dándonos la bienvenida en su vida. Él comió y vivió con pecadores y corruptos. El llamó a la conversión a hombres y mujeres pecadores como Levi, y Zaqueo, que, siendo cobradores de impuestos, y posiblemente corruptos, les llamó a su seguimiento y ministerio

Más aun, Cristo manifestó su reinado cuando se le humilló, se le flageló, se le hizo burla, aun después de sanar a paralíticos. Se rechazó al que dio vista a ciegos, y hasta resucito a un hombre muerto por más de tres días. ¡Qué contradicción, verdad! ¡Que celebramos al Rey y al Crucificado el mismo día!

Históricamente hablando, el día de las palmas y el viernes de la crucifixión; ambos eventos ocurrieron en días distintos, pero no muy lejos uno del otro día.

Si tomamos en cuenta, y comparamos nuestras vidas, es muy fácil para nosotros decir en nuestras iglesias que somos cristianos, y nos gozamos en los servicios de adoración, alabando a Jesús, con alabanzas, música avivada, que se llenan nuestros corazones todos los días de cultos de adoración y oración.

Muchas veces no queremos admitirlo, pero cuando salimos al otro día a nuestras tareas y trabajos cotidianos, idolatramos líderes, el mundo del poder, de la banca financiera, los lujos, y juzgamos a los demás, para sentirnos mejores que ellos y ellas. Desafortunadamente esto incluso pasa después de haber sido restaurados por Dios.

Empezamos a sentirnos justos, perfectos, y muchos olvidamos que no somos diferentes a los pecadores que criticamos. Valoramos el poder cuando perdonamos a los poderosos, idolatramos los políticos, a los famosos de este mundo. Cuando eso pasa, y comenzamos a despreciar a los niños y niñas huérfanos, a los pobres, los vagabundos, a los inmigrantes sin documentos, a los que no son de mi preferencia política o sexual, incluso cuando nos sentimos mejores que todos los que no son cristianos. Despreciamos a los ateos, infravaloramos a los Hindi, a los judíos y musulmanes.

Cada vez que cada uno de nosotros nos sentimos mejores que esas otras personas, estamos haciendo lo mismo que los fariseos y saduceos. Ellos se unieron para atacar a Jesús, y crucificarlo en la cruz, porque la verdad de la Buena Nueva que el predicaba era peligrosa.

¿Qué Jesús nos invita a cambiar para poder ser más como él?

Jesús nos llama a otro camino donde alberguemos la pobreza espiritual, la mansedumbre, la limpieza de corazón, el servicio y amor incondicional, para así poder unirnos en la peregrinación de transformación de nuestras vidas en el amor.

Si, hacen más de 2022 años, Jesús promovía el incluir a todos los rechazados y pecadores conocidos en el momento. Pasando tiempo para atraerlos al camino de la transformación en personas de bien, incluyéndolos dentro del redil, para que vieran y sintieran en sus corazones que, si Dios es poderoso, y cambia vidas, no juzgando, sino incluyendo, perdonando, y amando a toda persona.     

El día de hoy esta peregrinación es más relevante que nunca. Hoy comenzamos una jornada muy especial. Esta semana es una donde La Palabra de Dios nos invita a vernos en Jesús, a caminar siguiendo los pasos de Jesús, y lo haremos dejando que el Espíritu Santo de Dios nos guie a la transformación, nos sostenga en medio de las luchas y retos que podemos estar enfrentado en nuestro diario vivir.

Cristo nos invita a seguirle en humildad, buscando la inclusión y unidad de todos los seres humanos.

La pregunta para ti y para mi es; ¿Qué tengo que hacer para que solo Jesús sea el Rey y reine en mi vida?

Oremos

Dios Fiel y cercano, tu hijo Jesús nos reveló los medios que nos llevan a convertirnos y ser humildes servidores del reino de Dios.

Su humilde obediencia a Ti le costó llegar a entregar su vida en la cruz. Pero gracias a su amoroso sacrificio en la cruz, Tu nos concedes sanación, esperanza y paz.

Durante esta Semana Santa que comienza, ayudamos a reflexionar y vivir en el amor de Cristo. Permite que nuestras palabras y acciones señalen y reflejen tu gracia y tu poder.

También te pedimos que traigas paz en todos los lugares que hay guerras en todo el mundo

Oramos, en el dulce Nombre de Jesús,

el Rey de Reyes y Príncipe de la Paz.

Amen.

 

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