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Hoy el compromiso con la iglesia luce diferente

Muchos metodistas Unidos están encontrando nuevas formas de vivir su compromiso con Cristo y su iglesia. Foto por Kathleen Barry, Comunicaciones Metodistas Unidas.
Muchos metodistas Unidos están encontrando nuevas formas de vivir su compromiso con Cristo y su iglesia. Foto por Kathleen Barry, Comunicaciones Metodistas Unidas.

El compromiso con la iglesia luce diferente hoy a cómo se veía unos años atrás.

No hace mucho, la mayoría de los miembros de la iglesia concordaría que un metodista unido comprometido asiste todos los domingos al servicio de adoración. El miembro de la iglesia participa en estudios bíblicos regulares o en grupos pequeños. Serve a la iglesia ofreciéndose como voluntario en la operación o misión de la iglesia.

En la década de 2020 nuestra percepción de lo que es el compromiso con la iglesia ha cambiado.

Hoy, la gente asiste al culto de adoración con menos frecuencia que en décadas pasadas. La asistencia semanal promedio en las iglesias de nuestro país ha declinado desde el año 2009.

La tecnología ha fragmentado la forma en que adquirimos información y pasamos el tiempo. Esto ha afectado nuestra participación en las actividades estándar de la iglesia. Algunos optarán por participar en un estudio bíblico que se reúne por la web de forma asincrónica. Otros prefieren servir al prójimo a través de organizaciones comunitarias que encontraron en los medios sociales.

La gente está encontrando nuevas formas de comprometer sus vidas a Cristo y la iglesia.

Una definición más amplia de lo que es ser miembro de la iglesia

El Obispo anglicano David Walter ha identificado cuatro manera de pertenecer a la iglesia: actividades, eventos, relaciones y lugares. Tradicionalmente, dábamos por sentado que nuestro compromiso tenía que ver con la participación regular en las actividades de la congregación, lo que incluía la adoración y el estudio bíblico.

Por consiguiente, el compromiso basado en eventos también presenta problemas. Mucha gente no está convencida y tiene temor a participar en eventos de nuestra comunidad, como venta de artículos usados, viajes misioneros o presentaciones de música especial.

Las dos maneras de pertenecer que quedan son las relaciones y los lugares. Estas son formas de expresar nuestro compromiso y fortalecer el compromiso de otros.

La pertenencia mediante relaciones se expresa logrando un sentido de intimidad con aquellos que se identifican como parte de la congregación. La idea es que si alguien nos llegas a conocer bien, estará con nosotros.

En cuanto al pertenecer que tiene que ver con un lugar, hay que decir que implica el estar consciente de lugares particulares, sean reales o virtuales, para inspirar conexiones espirituales. Tradicionalmente, el santuario de la iglesia ha sido el lugar principal en el que la gente encontraba una conexión espiritual. Pero el día de hoy, un grupo de Facebook o una recreación virtual de la tumba vacía puede ser un lugar inspirador.

Es valioso reconocer que algunos miembros definirán su compromiso a través de estos modos de pertenecer, porque amplían nuestro sentido de conexión. También nos provee de inspiración para que continuemos invitando a la gente a que se comprometa a la misión de la iglesia.

Volviendo a nuestras raíces

La misión de la Iglesia Metodista Unida es hacer discípulos de Jesucristo para la transformación del mundo. ¿Pero cómo continuar con esta labor el día de hoy?

Los fundadores del movimiento metodista levantaron preguntas similares. En un tiempo en el que muchos participaban en las actividades de la iglesia —aunque en aquellos tiempos también declinaban— Juan y Carlos Wesley y sus amigos de la Universidad de  Oxford tuvieron la osadía de preguntar “¿Por qué el cristianismo ha hecho tan poco bien, incluso entre nosotros?” (Juan Wesley, “Causes of the Inefficiency of Christianity” 13).

El año 1729, empezaron un club de estudiantes conocido como el Club Santo. Se centraron en ciertas prácticas: asistir al sacramento y escribir diarios espirituales. Pero pronto los miembros del grupo identificaron que la misión de tomar la fe en serio involucraba más que estas prácticas. Así que, añadieron el visitar a los presos, educar a los pobres y ayudar a los necesitados. Estas prácticas tenían que ver con relaciones y eventos.

Su signos de compromiso siguieron cambiando. Una lista informal llegó a incluir:

  • Vivir como Cristo
  • Participación en un grupo pequeño
  • Ritmo de adoración pública
  • Oración privada
  • Servir a los necesitados

Esta lista parece incluir todas las formas de membresía: actividades, eventos, relaciones y lugares.

Nuevas maneras

Siguiendo su ejemplo, muchas congregaciones metodistas unidas están encontrando nuevos “lugares” para reunir a una comunidad que busca relaciones. Medios sociales como Facebook son lugares nuevos que ofrecen la oportunidad para que los miembros de la iglesia participen activamente en la comunidad de la iglesia. Esto incluye hacer preguntas, compartir partes de sus propios viajes espirituales y hasta participar en discusiones respecto a eventos actuales. También involucra compartir contenido de la página web de una iglesia para que otros vean cómo es que Dios trabaja en la vida de dicha iglesia local.

Una de las ventajas de usar los medios sociales como un “lugar” de la iglesia es que los medios sociales no están restringidos por limitaciones de tiempo. Siempre están disponibles. Así que, cuando un miembro de la iglesia tiene tiempo y energía para  involucrarse en entablar una relación con otros, la oportunidad está esperándolo.

Los miembros también pueden usar el edificio de la iglesia para prácticas creativas que requieren un lugar. Esto nos da la perfecta oportunidad para hacer cosas como: empezar un ministerio de cajas de bendición en la propiedad de la iglesia. También podríamos usar el edificio de la iglesia para responder a una necesidad de la comunidad. Los miembros de la iglesia podrían apoyar los esfuerzos de reciclaje en la comunidad. Estas son algunas formas de servir a las necesidades de la comunidad.

Comprometidos a amar

La visión más simple podría ser la más fácil de seguir. De modo que, quizá deberíamos centrarnos en las palabras de Juan Wesley: “Todas las cosas más excelente se dicen con amor, es la esencia, el espíritu, la vida de toda virtud. No sólo es el primer y más grande mandamiento, sino que es la totalidad de los mandamientos en uno solo.”

(Circumcision of the Heart, 11) El amor es la virtud clave que energiza nuestro compromiso con la misión de Dios en el mundo.

Ryan Dunn, es ministro de involucramiento por la web de Rethink Church, que opera desde Comunicaciones Metodistas Unidas, Nashville, Tennessee. Contáctese por email.

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