La meta de nuestro trayecto siguiendo a Cristo es el tener una vida transformada para siempre con Dios, en la medida en que vivimos de acuerdo con sus planes para nosotros/as. La máxima esperanza de Dios para el mundo es la restauración y transformación completa de toda la humanidad y la creación a la imagen de Jesucristo; y a medida que somos formados/as a la semejanza de Jesús, estamos llamados/as a participar en la transformación del mundo de Dios.
En Isaías, Efesios y Apocalipsis vemos que Dios no está esperando hacer nuevas todas las cosas. Dios está en acción haciendo todas las cosas nuevas ahora mismo.
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La vida eterna que Dios ofrece comienza aquí y ahora, y por su gracia salvadora estamos seguros/as que Dios perdona nuestros pecados y nos capacita para vencer el poder del mal. Es una curación de la separación que hemos experimentado, de Dios y de los/as demás. Nos volvemos completos/as y santos/as, ahora y para el futuro.
La Biblia a veces la llama "vida eterna", pero la palabra griega traducida "eterna" no es referencia a "un período de tiempo infinito"; más bien es similar a la palabra "eón" en inglés, que significa una era. La era a la que se hace referencia aquí es la era de la plenitud del reino de Dios. Entonces, la vida eterna no trata de cuánto dura la vida después de nuestra muerte, sino más bien de la naturaleza de la vida misma, y de todo cuando se mueve en armonía con los propósitos de Dios, en el aquí y en el ahora, Y en la "era por venir "cuando el reino de Dios finalmente llegue a su plenitud.
El pueblo metodista unido al igual que muchos/as cristianos/as, llaman al perdón que recibimos de Dios "justificación" (de justus, correcto). La gracia justificante de Dios rompe la barrera del pecado que nos separa de Dios y de los/as demás. Nuestros pecados son perdonados y Dios comienza el proceso de alinear nuestras vidas con su diseño original para nosotros/as. Nuestra reconciliación con Dios hace posible nuestra reconciliación con cada vecino/a y con la creación.
Llamamos al proceso por el cual somos completos/as y santos/as "santificación" (de sanctus, santo). La gracia santificante de Dios nos forma cada vez más a la semejanza de Cristo, y a medida que el Espíritu Santo llena nuestras vidas del amor por Dios y por nuestro prójimo, comenzamos a vivir de manera diferente.
Entonces, la salvación significa mucho más que la seguridad de ser perdonados/as de nuestros pecados e ir al cielo cuando muramos. La salvación implica experimentar la curación, la integridad y la restauración que nos llenan del amor a Dios y al prójimo y nos libera del poder del pecado. La justificación y la santificación juntas generan la salvación completa.
Nuestro objetivo como cristianos/as metodistas unidos/as aquí y ahora es ayudar a las personas a experimentar la salvación total en esta vida. Y nuestra esperanza más allá de esta vida terrenal no es "ir al cielo". Como lo revela Apocalipsis 21: 1-6, Dios permite que Dios more entre nosotros/as en la nueva tierra, y acompaña a Dios rehaciendo todas las cosas en la segunda venida de Cristo, su revelación final.
Por ello, para esta vida nuestro objetivo es ayudar a las personas a experimentar la seguridad del perdón y la completa libertad del poder del pecado. Y para la era venidera, nuestro objetivo es ayudar a preparar a tantas personas como podamos, a escuchar del Juez de todos/as “Bien hecho, buen/a y fiel servidor/a. Entra en la alegría de mi Padre” en la tierra nueva”.
¿Tiene preguntas? Pregúntele a la IMU en español o hable con un/a pastor/a cercano a usted. Eche un vistazo a otras Preguntas y Respuestas frecuentes.
* Este material fue producido por Pregunte a La Iglesia Metodista Unida, un ministerio de las Comunicaciones Metodistas Unidas. Para leer más noticias metodistas unidas, ideas e inspiración para el ministerio suscríbase gratis al UMCOMtigo.
** Leonor Yanez es traductora independiente. Puede escribirle a IMU_Hispana-Latina @umcom.org