La vida nos trae días buenos y días malos. Desde desastres naturales y hechos por el hombre hasta dificultades personales, todos enfrentamos momentos difíciles. Dios siempre está ahí para consolarnos. "Invócame en el día de la angustia; yo te libraré y tú me honrarás". (Salmo 50:15)
En esos días que terminan con un "por qué", esta oración nos recuerda la presencia constante de Dios en nuestras vidas.
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Amado Señor,,
Cuando todo lo que nos queda es clamar en medio del dolor, danos esperanza.
Cuando nuestras lágrimas se sientan como la única forma de saciar nuestra sed, recuérdanos tu providencia divina.
Cuando la soledad se vuelva abrumadora, haz que se sienta tu presencia.
Este mundo parece tan lleno de muerte y destrucción, pero tú eres un Dios de vida y restauración.
Moldéanos en personas inquebrantables de gracia, pasión y amor que nunca se puedan ignorar.
Amén.
Esta oración fue escrita por el Rdo. D.G.Hollums.
Este video fue producido por La Comisión Metodista Unida de Comunicaciones en Nashville, TN..
Contacto de medios Fran Walsh, 615-742-5458.
Este video se publicó originalmente el 9 de marzo del 2017.