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La pandemia ha cambiado todo, hasta cómo nos dolemos

COVID-19 ha cambiado todo, incluyendo la forma en que nos afligimos y cómo consolamos a los que están afligidos
COVID-19 ha cambiado todo, incluyendo la forma en que nos afligimos y cómo consolamos a los que están afligidos

Gerri Helms anda en bicicleta mucho más en estos días. Pedaleando por su barrio, se fija en las flores y el césped verde. Es parte de su prescripción para el duelo desde que su esposo murió unas semanas atrás.

Covid-19 está devastando las grietas de nuestro mundo, incluso aquellos rincones íntimos donde nos dolemos privadamente y donde nuestros seres amados desean entrar a este espacio de luto con nosotros. Simplemente ya no podemos acongojarnos en la forma que lo hacíamos normalmente.

“No hay reglas para esta situación”, dice el Rev. Jefferson Furtado de la Iglesia Metodista Unida Connell Memorial, en Goodlesttsville, Tennessee. “Cuando se produce una tragedia, nuestra reacción es juntarnos. Esta es la primera vez en un siglo que no podemos hacerlo”.

La congregación de Furtado ha experimentado seis muertes en dos semanas, incluyendo la muerte del esposo de Gerri. Furtado lucha buscando una forma de traer consuelo a la distancia. Como pastor, su labor ha sido mantenerse cerca, tomar las manos de los que sufren y dar abrazos durante momentos difíciles. Lamenta que no puede pasar del estacionamiento del hospital para llegar a un miembro de la iglesia que estaba falleciendo.

Gerri Helms and her husband, Doug. Photo courtesy of Gerri Helms

Gerri Helms (front) shares the story of the passing of her husband, Doug (back), in this time of COVID-19. Photo courtesy of Gerri Helms.

La historia de una mujer

Gerri también estaba confinada al estacionamiento del hospital mientras su esposo, Doug, iba a una cita médica. Sin que Gerri lo supiera, unos momentos después de que a su esposo le tomaran rayos X para ver cómo estaba la enfermedad crónica de sus pulmones, Doug se desplomó por un ataque al corazón. Los doctores lucharon 10 minutos tratando de reavivarlo, lo que finalmente lograron, pero jamás recobró la consciencia.

Mientras Doug luchaba por su vida, Gerri estaba sentada en su automóvil a la distancia, sin saber que algo malo estaba pasando. Después de esperar dos horas, empezó a enviarle textos a su esposo, preguntándole por qué duraba tanto la cita médica. Cuando sonó su teléfono, un oficial del hospital le preguntó acerca del seguro médico de Doug.

Después de varias llamadas, Gerri fue llevada a través de los puestos de seguridad del hospital, se le tomó la temperatura y la pusieron en un pequeño cuarto, donde le contaron lo que había ocurrido.

“Pensaba ‘¡Oh Dios mío! Todo lo que hice fue traer a mi esposo a la oficina del doctor”, se acuerda. “Y ahora el doctor me dice, ‘¿Desea hacer esto o aquello?’”.

Miembros de la familia oraban en el estacionamiento del hospital, mientras que Gerri por sí sola y vistiendo un traje amarillo de protección individual y con una máscara y guantes, tuvo que tomar decisiones en cuanto el fin de la vida de su esposo.

“No pudimos estar todos allí como familia y abrazarnos unos a otros y llorar juntos”, recuerda. “No tenía a nadie para decirle ‘estás haciendo bien o estás haciendo mal’”.

Consejos para la aflicción

  1. Escuche a su alma y haga lo que sea sano para usted. Esto podría ser salir a estar en contacto con la naturaleza, tomarse un baño caliente, leer sus versículos bíblicos favoritos.
  2. Reúna a un grupo de gente que la acompañará por el proceso de duelo o de dolor. Identifique a la gente que estaría dispuesta a hablar con usted a las 3:00 de la mañana o que estén dispuestos a hablar por teléfono con usted por largo tiempo, si es necesario. Encuentre a gente que no le importe que usted los llames varias veces al día.
  3. Abrace a la gente. Los abrazos son cruciales en momentos de dolor. Para la gente que vive sola una mascota puede dar afecto. Pero no dude de usar animales de peluche con valor sentimental o una frazada o edredón. “Esto no cambia la situación”, reconoce el Dr. Terrell McDaniel, “pero funciona como un tranquilizante”.
  4. Aproveche la tecnología para mantenerse conectada. Use su celular, tabla, computador para hablar, enviar textos o hablar por video con otras personas.
  5. Tómese el tiempo para dolerse. “El patrón normal de duelo se concibe por lo general en términos de dos años como punto de partida”, nota McDaniel, añadiendo que el primer año es el peor.

El duelo en el aislamiento

Helms regresó a una casa vacía, excepto por su gato.

Pero pronto, su jefe estaba tocando el timbre y dejando comida. Su pastor llamaba regularmente. La vecina de al lado le cortó el césped. Su maestra de la escuela dominical dejó un regalo en el porche.

"La gente está encontrando maneras de hacerte saber que están ahí para ti", reconoce Helms. "Pero no es nada como una familia estando juntos".

"La otra cosa que está sucediendo ahora mismo para las personas que están de duelo es que hay una mayor sensación de aislamiento, además de la pérdida", dice el Dr. Terrell McDaniel, psicólogo del centro de Tennessee y miembro de la Iglesia Metodista Unida Belmont en Nashville, Tennessee.

"Tenemos que hacer el duelo y el apoyo a los que se afligen de una nueva manera", dice.

Los que están de duelo deben darse permiso para identificar lo que necesitan para llorar de manera saludable, y luego usar las diversas tecnologías para hacer las conexiones necesarias.

"No dudaría en quedarme (llamadas telefónicas, videollamadas) mucho tiempo si lo necesitara, así como por las mañanas y por las noches. Encontraría gente que estaría feliz de que los llamara a las 3 a.m.", dice McDaniel

"Determinaría con quién sé que puedo contar, que me ama lo suficiente como para acompañarme en este dolor."

El sistema de apoyo de Helms es grande y su marido era muy querido. Pero incluso eso ha demostrado ser un desafío en la era del coronavirus donde las reuniones, como los funerales, se limitan a 10 personas o menos.

"Mi marido tiene muchos amigos y una familia de fuera del estado, dice Helms. "No quiero ser agobiada por lo que serían esas 10 personas."

En el futuro se celebrará un servicio conmemorativo.

Consejos para ayudar a un ser amado que sufre

  1. Hágase presente. Cree un espacio para que la persona hable y procese su dolor. “La presencia es profundamente subestimada, mientras que se subestiman los consejos”, dice McDaniel. En la era de Covid-19 la presencia debe realizarse virtualmente.
  2. Lleve una comida o envíe una tarjeta de regalo para un restaurante.
  3. Envíe tarjetas postales o cartas para recordarle a la persona que sufre que usted la ama y se preocupa.
  4. Haga una llamada. Si usted conoce bien a la persona, usted podría coordinar entre un grupo de amigos que todos tomen su turno para llamar.
  5. Recuerde. Marque en su calendario en aniversario de los primeros seis meses después de la muerte del ser querido. Es importante alcanzar a la gente meses después porque el duelo continúa a través del tiempo y cuando la nueva normalidad se asienta.

La importancia de la iglesia en medio del dolor

Gerri es una miembro activa en Connell Memorial, y la iglesia seguirá apoyándola. Para quienes no tienen una fuerte red social, la iglesia puede jugar un papel muy importante. La gente que no participa en una iglesia debería buscar una, y las iglesias deberían prepararse para recibir a la gente, dice el Dr. Terrell McDaniel, psicólogo miembro de la Iglesia Metodista Unida Belmont, en Nashville, Tennessee.

“Esto no tiene que ver con creencias o con hacerse miembro. Tiene que ver con conexiones humanas”, clarifica McDaniel. “Los psicólogos saben que el involucrarse en una iglesia provee de un apoyo significativo y se considera una fortaleza”.

“Este es un tiempo en el cual debemos descansar en la iglesia”, añade, y dice que el clero, los ministros de Stephen Ministries y otros líderes de la iglesia pueden ofrecer recursos vitales, así como cuidado.

Navigating a new normal

Además de montar en bicicleta, el régimen de autocuidado de Helms incluye trabajar en su jardín y hablar más frecuentemente con su terapeuta, un movimiento que, según ella, le ayuda a navegar por las muchas decisiones que ahora toma sin su cónyuge. Sus conversaciones con Dios también han aumentado.

"Veo a Dios haciendo cosas por mí, y lo ha hecho esta mañana", dice, mientras cuenta lo que se ha convertido en un escenario familiar. "Dije, 'Dios, no puedo encontrar este papel que necesito'. Y en cuestión de minutos, pude encontrar lo que buscaba, en un lugar donde ya había buscado. Creo que es el Espíritu Santo", dice, "Y ahí es donde veo a Dios allí para mí".
Estos consejos fueron compilados en base a entrevistas con el Dr. Terrell McDaniel y el Rev. Jefferson Furtado.

Crystal Caviness trabaja para UMC.org, en Comunicaciones Metodistas Unidas. Contáctese llamando al 615-742-5138

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