¿Has tenido usted alguna vez un momento de desesperación en que acudiste a Google, Suri o Alexa para preguntar “¿Cuál es el propósito de mi vida?”
Para que una persona se sienta contenta es importante que esté segura de que tiene un propósito especial en el gran plan del universo. Pero no es fácil creer que un tiene un propósito y menos discernir cuál es.
En círculos religiosos, la gente acostumbra a usar el término “llamamiento”, y raramente explican qué significa y por qué es importante. El llamamiento es un propósito divino únicamente tuyo, y es un concepto que da significado a tu vida. El llamamiento es el lugar donde las necesidades del mundo se entretejen con tu pasión. Es algo que te empuja de dentro de ti mismo y te da la oportunidad de entregarte a las cosas que realmente crees. Pregunta: ¿Cómo quieres cambiar las cosas en el mundo?
No es fácil de responder esta pregunta. El tomar decisiones en cuanto a quién eres y de qué se trata tu vida puede ser algo muy intimidante y espantoso. Nadie quiere equivocarse. Pero no solo se trata acerca de elegir algo, se trata de descubrir una viaje.
Es muy importante. Pero veamos por dónde empezar.
Sé valiente.
Es duro trabajar para entenderse a uno mismo. Puede ser frustrante y confuso porque el ser vulnerable mostrará lo bueno y lo malo. Es como la primera vez que viviste con alguien y descubriste cuán difícil es para otros vivir contigo. Cuando eres joven y vives con tu familia es fácil no darte cuenta de las cosas que te hacen diferente de los demás. Pero el discernimiento tiene que ver con descubrir qué te hace diferente, incluso si no ves cosas positivas de inmediato.
Tu propio viaje.
Cada persona trae su propia historia y experiencias a la mesa. No tiene que ver con ser perfecta. Tiene que ver con ser una mismo. Tu llamamiento es tu llamamiento. No existe a pesar de ti sino para ti y tus circunstancias específicas. Cada persona tiene un camino diferente. Para algunas parece fácil y rápido, mientras que para otras toma mucho tiempo encontrarlo. No importa a qué camino te lleva tu descubrimiento, está bien. No te apures o te sientas mal si luce diferente de lo que pensaste al principio. Tiene que ver tanto con el viaje como con el destino.
Sueña en grande.
Empieza a identificar habilidades, capacidades y pasiones. Pero no lo hagas aisladamente. Encuentra un grupo de gente que haya pasado por su propia etapa de discernimiento y con quienes puedes confiar. Es aquí donde la familia espiritual puede ser de ayuda. Orarán por ti y contigo para entender lo que sientes y experimentas. Te sirven como compañeros en tu viaje. Gente que sólo quiere lo mejor para ti.
Apóyate en la práctica.
Una vez que tengas algunas ideas de lo que deseas y tus habilidades, empieza a ganar experiencia. Si no lo practicamos y probamos solo tendremos una idea deformada de lo que buscamos. Toma algún tiempo trabajando como voluntaria para ver si te ayuda a clarificar hacia dónde quieres ir. Esto podría significar que dejes algo que pensaste era la opción correcta porque ahora has descubierto algo nuevo en ti. Esto es un don. Saber quién eres significa también saber qué no eres. Sigue adelante y encontrarás algo que te gustará.
Dispuesta a cambiar.
Al crecer, cambiamos, y nuestro llamamiento también. No soy como mis abuelos. No trabajaré en el mismo lugar o industria toda mi vida, y está bien. También está bien que mis pasiones cambien a la vez que mi vida cambia. No soy la misma persona que era antes cuando era niña. Mi perspectiva y propósito cambiaron. Tu llamamiento puede cambiar en la medida que te das cuenta de quién eres a través de tu vida. No te preocupes, no estás atada a lo que hoy has escogido.
Estos consejos no harán el proceso menos importante o menos difícil, pero espero que ayude. Cada uno de nosotros desea sentir que está en el lugar correcto, y discernir tu llamamiento tiene que ver con encontrar tu lugar. Lo más importante que puedes hacer en el proceso de discernimiento es acercarte a otros: Habla con alguien en quien confías y continúa invitando a otros a caminar contigo en tu viaje. Trabaja mucho y te prometo que encontrarás un lugar de propósito donde ayudarás a moldear el mundo para que llegue a ser un mejor lugar.
Anna Eckelbarger Salas es una persona que lee mucho y que le gustan las películas como Star Wars. Le gusta jugar juegos de mesa y se goza de viajar con la familia y con rica comida. Se interesa en la juventud, la justicia y el servicio, y está comprometida en forma local y global. Sirve como Directora de Involucramiento con la familia en la Primera Iglesia Metodista Unida de Auburn, Indiana.